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La Janda

Las consultas que plantea Huan nunca son fáciles y casi siempre están en entornos con múltiples incógnitas. En este caso, la comarca gaditana de La Janda se muestra más difícil de tratar cuanto más intrincados son los razonamientos, obligando finalmente a ir a lo más elemental.

Para cualquier análisis de la zona hay que “subir” el río Barbate según era antes, que en sus casi 80 kilómetros nos llevaba hasta la Sierra del Aljibe a 1.100 metros, desde donde se domina desde Sanlúcar a Estepona y hay que contar con Vejer de la Frontera y el propio Barbate, que pueden guardar alguna clave.

También hay que tener en mente de forma persistente que desde antes de que aparecieran los humanos, esta zona está en un lento proceso de emersión; así, hace unos 8 millones de años, la zona en estudio estaba aproximadamente como se ve en el siguiente esquema, con La Janda mayormente bajo el mar.

Pasados unos millones de años, poco después de liberarnos de Napoleón, la Diputación cartografió el plano o carta siguiente en el que la parte hidrográfica está muy detallada aunque la orografía deja mucho que desear. Es raro que Covarrubias (que más de cien años antes cita los ríos Xándula y Xandulilla), no mencione La Janda con “h”, “x” ni con la “j” que comenzaba a usarse hace cuatro siglos, quizás porque entonces una zona lagunar era un baldío sin interés para nadie, pero su cita hubiera ayudado a “mover” el cúmulo de dudas que se forman en torno a La Janda, Vejer y Barbate.

A mitad de camino entre esta primera carta y ahora, hace solo un ciento de años, las incipientes cartografías 1:50.000 disponibles muestran de forma fiable este singular río que desaguaba en una extensa marisma, pero que solo dos leguas río arriba se difuminaba en un aguazal y su cauce extremadamente sinuoso solo era perceptible en los grandes estiajes porque en época húmeda formaba la inmensa laguna somera en la que particulares y la administración se esforzaban a principios del siglo XX por cavar un canal que drenara las casi 13.000 has. de máxima lámina de agua.

El río Barbate, empeñado en salir al mar tras dejar la laguna atrás, tenía que pasar un estrecho desfiladero de más de un kilómetro de largo entre el pequeño cerro de Sierra Granada al Este y el que ahora llaman Buena Vista, pero que en algún momento se llamó “Bexer ó Begier”, donde se asienta el pueblo viejo de Vejer1) de la Frontera

En esos mapas se ve el esfuerzo de vecinos y Estado tratando de abrir canales para “sanear” la laguna en una campaña que sacudía Europa empeñada en eliminar las zonas pantanosas y transformarlas en “tierras de pan”. Medio siglo después se conseguía despachar el agua y repartir las tierras entre colonos o rentistas y ahora mismo (cosas de la vida) hay en marcha una querella de los naturalistas para recuperar las tierras de Dominio Público que se repartieron gentilmente o a cambio de favores.

“Vejer”, escrito así “está más solo que la una” en la península y alrededores; lo más parecido es Béxeres en Pontevedra, un lugar con media docena de montecillos cónicos y Béjar en Salamanca, donde su importancia concentra una docena de topónimos aunque no la exclusividad porque en la Sierra de Cazorla nace un bravo río Béjar que pierde su nombre al llegar a Quesada, nombre que se vuelve a perder al pasar por Toya para llegar al Guadalquivir con este último nombre.

Más al oriente, en Murcia hay todo un campo que se llama “de Béjar”, con la Rambla del Frontón como fondo y un poco más al Este, una rambla importante, toma el mismo nombre y se lo da a toda una llanada que enlaza con el llano de Lorca.

Más abundantes son los lugares con nombres como Becerra, Becerro, Becerril… entre los que destaca Becerreá en Lugo, posiblemente “bae serra” (al pie de la Sierra do Calamouco), como quizás varios de los Béjar descritos, todos los cuales está al pie de diversas sierras.

En Portugal hay varios Beja, Rebeja, Bejinha…y en Francia algunos Labejan, Loubejou…

Pero nuestro Vejer no está al pie, sino sobre una montañita de más de doscientos metros, desde la cual se ve un panorama marino y de la laguna y marisma mucho mayor que desde la meseta de La Meca o de La Breña cercana al mar y que no en balde su ladera Sur es conocida como Bella Vista, lo que recomienda considerar que el nombre del mirador bien pudo ser originalmente “begi er” (“bechier”), vista hermosa, a partir de “beg, begi” vista, mirada, panorama y “er”, distinguida, hermosa, lo que en el Euskera actual se diría con redundancia “begieder”.

Para Barbate, hay que olvidarse de la próspera población al pie del Monte del Mono que hace tres siglos ni siquiera se representaba en las cartas y que tuvo que esperar a que los italianos llegaran a comprar escabeches y salazones para instalar un tinglado y construir unas casas permanentes de pescadores que varaban sus barcos en la manga y pensar en el río; hay que dejar el exceso humanístico e ir a lo físico. Barbate es un río con mucha personalidad, que nace en una sierra con alta pluviosidad y baja de sopetón a una antigua llanura demersal frenando su marcha al encharcar esas casi 13.000 hectáreas y luego continúa hasta el estrecho de La Angostura, tras el cual, vuelve a las andadas, ya en forma de marisma para superar la manga de El Cañillo y salir al mar.

Así como Vejer era huérfano de similares, barbas hay medio millar y aquí mismo, en Bizkaia, tenemos el río Barbadún ( traducido como “el de la barra baja”, debido a lo tendido del cierre de su estuario en la Playa de La Arena). Otras muchas de las barbas, no son de chivo, sino que están insertas en otros entornos hídricos, arroyos, barrancos, caletas, fuentes, ibones, mojas, pozos, regos, ríos y valles. Si a esto sumamos el millar de lugares terminados en “ate” (puerta en Euskera), muchos de ellos en clarísima referencia a puertos o collados, se puede plantear que nuestro río lleva en su nombre el estrecho de La Angostura, puerta definitiva de las aguas dulces al mar.

 

La explicación sería “barr bae ate”, es decir, la puerta de acceso a la barra baja, la de la Playa del Cañillo. Ver ambos elementos en las siguientes imágenes.

 

Queda lo más difícil para el final. La Janda está igual de sola que Vejer, aunque hay docenas de lugares que llevan “janda, chanda, sanda…”; los hay en Toledo, Álava, Almería, en Girona y Asturias, La Coruña, Pontevedra y Burgos, en Jaén, León, en Cáceres y Zaragoza…

Algunos de estos lugares llaman la atención, como As Chandas, en Vimianzo, un entorno con llanuras entre oteros, que aún conserva lagunas que antes pudieron estar unidas como lo estaba ocasionalmente la de La Janda.

O el Sandal, que es una zona llana con multitud de puntos de agua entre el Órbigo y el Esla.

Finalmente, confirmada la ausencia de nombres más cercanos, hay que pensar que La Janda responde a la consonantización de una aspiración que se alternaba con un alargamiento de la “a” central del nombre vernáculo que se postula como “Laanda”, terreno llano y frecuentemente anegado como eran Las Landas de Aquitania en el Suroeste francés.

Si se compara la imagen de portada con fotos antiguas de Landas, como esta muy antigua con sus pastores con zancos para andar por las tierras anegadas y las dos fotos siguientes que pertenecen a una vivienda temporal con su corral y una escuela de los años 30 en La Janda, hay que reconocer que había una cultura compartida para sobrevivir y explotar las tierras anegables.

La evolución debió de ser, Laanda La Handa, La Janda.

1) No sería extraño que el nombre original “Bexer” se corrigiera a “Vexer” porque la hipercultura oficial consideraba que el nombre hacía mención a su vejez o antigüedad.

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

1 Comment

  • Hola Javier!
    Se lo ha currao, de verdad.
    Vejer, como dice, está sobre una elevación de unos 200 metros.
    Mirando hacia el este se ve claramente la orografía que usted describe.
    Al pie de ese monte está la Barca de Vejer.
    Muchísimas gracias.
    Osasuna.
    Huan.

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