Montse me preguntaba hace poco si tenía alguna explicación para un pueblecito de Tarragona que se llama Alforja y tuve que decirle que no, que solo conocía la alforja y las alforjas como prenda o útil, las auténticas, las que en mi infancia traían los mieleros de La Alcarria, los pastores de la meseta y los burros que bajaban por cientos a abastecer pueblos y ciudades antes de que los “motocarros” desplazaran a los jumentos y las leyes europeas desterraran unas prácticas que llevaban milenios funcionando.
¡Una pena, porque las alforjas (que se usaban así, en plural) eran un invento ideal, ligero, capaz, resistente, ergonómico, duradero, de uso alternativo…!
Pero, sí, el pueblo Alforja existe y se halla acomodado al sureste de los Cingles d’Arbolí (cingle en Catalán equivale a barranco, cortado, rambla…) y esa peculiaridad física, el hecho de que el horizonte septentrional del pueblo consistiera en un impresionante telón de quinientos metros de altura cuajado de barrancos sub verticales me trajo a la memoria el tema reciente de “los órganos”, porque la coda “orja” de Alforja antes de la guturalización, se parecería bastante a la parte central, “orga” de órganos, con un sonido “orxa, ordja”.
Y seguí buscando y aparecieron muchas mas alforjas.
Algunas en plural, como un lugar de Badajoz llamado Alforjas que ofrece un relieve no tan peraltado, pero cuajado de estrías.
Y más de medio ciento de arroyos, bancales, barrancos, casa, cerros, coll, hoya, pozo, piedras, paso, puerto… de las alforjas, además de una decena de nombres curiosos formados –aparentemente- en parte con la modesta alforja, como Rompealforjas o Vacíalforjas y casi todos ellos con una serie de barrancos o surcos y una distribución territorial “generosa” que incluye Cataluña, Extremadura, Andalucía, Aragón, Castilla La Mancha, Murcia, Castilla y León, Navarra, Asturias…
Cerro Alforja en Cádiz.
Coll d’Alforjas, Tarragona.
Paso de Las Alforjas o de Abodi en Navarra.
La cuestión es que un homófono cercano como “Borja”, a pesar de su aspecto antroponímico, también aparece a menudo como La Alborja, la Borja y Las Borjas y participa de la misma morfología de barrancos “en peine”, como se ve de nuevo en Tarragona.
¿Conclusiones?… que la Toponimia es una naranja sin exprimir que está invitando a crear una nueva disciplina científica que combinando cartografía temática con datos censales y de otros registros, consultando los atlas lingüísticos, el Euskera arcaico y las otras lenguas de España, puede darnos una visión de los conocimientos humanos pretéritos mucho más rica de lo que nos cuentan, que es posible llegar a entender antiguas formas de vida y de manejo del territorio que nos vendrían muy bien para corregir el rumbo equivocado que llevamos ahora.
Y conclusión con respecto a “Alforja” y a las demás Alforjas y Alborjas, que posiblemente sus nombres originales fueron algo así como “Alb ordja”, donde “alb” es un lado, una vertiente y “ordja” son las ranuras de una tierra descarnada por la erosión; algo así como “Ladera abarrancada”.
De paso decir que no comparto las explicaciones oficiales para las otras alforjas, las de los pastores y mieleros que nos las quieren meter desde el Árabe “al-hury” ó “al khurga” (salir) forzándola hasta lo ridículo y dando a entender que en España no había nombre para tan útil bolsa doble, la “bisaccia” italiana, el “sarró” catalán, la “alforxa o el alforje” que gallegos y portugueses comparten con nosotros, se dice “jarab” en Árabe y que probablemente en Iberia, tiene mucho que ver con su forma de ir “en bandolera”, porque “albo-boltza”, bolsa lateral, fácilmente ha podido dar en “alborxa” y “alforja”. Como la “bursa” latina.
Hola Jabier
Como siempre sentando catedra en todos tus escritos, que buena falta nos hace de gente como tu, sique asi, muchos animos!!!
Lo mejor de tu post, las conclusiones, el dia que se usen mapas temáticos combinado con la toponimia, se llegaran a vislumbrar mucha información del pasado. Yo estoy trabajando actualmente con uno del tipo de rocas 🙂
Aupa
Gracias por todo
Gracias a tí y a los que siguen ese estilo rebelde.