En España hay -al menos- cinco localidades llamadas Almonacid: Almonacid de la Cuba, de La Sierra, de Toledo, Zorita y del Marquesado y una que se dice Vall de Almonacid.
Pero también hay otros lugares que terminan en “cid” como Peñacid, Pocillo de Almonacid, Valdealmonacid y variantes como Villacid y hasta Malnacido, que hacen sonreír a cualquiera, especialmente si el paciente se interesa por las explicaciones que los cronistas de cada lugar dan para esos nombres tan curiosos, como los hay-por docenas- que comienzan así, Cid, Cida, Cidá, Cidad, Cidones, Monte da Cidade, Río Cidacos… o que llevan esta peculiar sílaba en medio, como Sancides.
También suman cientos las que llevan un “Cid” con mayúscula como El Barranco del Cid, La Cabeza del Cid, Iglesuela del Cid o Cueva del Cid, todas estas clara y descaradamente asignadas a Roy Diaz el de Vivar.
Pero ahora no toca el Cid, sino “la Cuba”, un aparente complemento de Almonacid, que no es raro porque que aparece casi cien veces en otros lugares, pero que aquí ha llamado la atención porque si se escribiera tal que “laku ba”, significaría “debajo del lago” y hay varios indicios de que la famosa “presa romana” de Almonacid que se construyó en un estrecho desfiladero apenas medio kilómetro aguas arriba del pueblo, se hizo para aumentar la capacidad de embalse de un lago de corriente natural que se formaba ocasionalmente en el río Aguasvivas, señalado en azul en el mapa siguiente; esta sospecha es apoyada también porque apenas cuatro kilómetros aguas arriba hay otro pueblo llamado Lagata, que escrito como “lag eta”, significaría, “los lagos”.
La presa que se dice “romana” y del siglo I, es la más alta de las de esa categoría y época, pero se duda que la construcción inicial fuera romana, porque que pudo ser ibérica y los romanos, con mayor capacidad operativa decidieran recrecerla hasta la cota actual.
La presa que se ve actualmente, que es del tipo “gravedad” y hecha en la parte inferior con mampostería concertada y en la superior con mortero “opus caementicium” es impresionante y para poder asegurar lo que aquí se plantea, bastaría con hacer unos cuantos sondeos en varios puntos de su cuerpo y en la zona de “traspresa” que se ha formado por la colmatación del vaso del embalse por los acarreos del río Aguasvivas durante milenios.
El hecho de que a la parte de mampostería le falte parte del estribo derecho, sugiere que hubo una avenida que se llevó el aliviadero que posiblemente estaba en esa zona.
Luego se decidió rehacer lo destruido y recrecerla hasta la altura actual.
Lo que es evidente es que el embalse continuó aterrándose hasta desaparecer y ahora las tierras y el propio cauce del río, llegan a la cota de la coronación de la presa. Foto de Google Earth en portada.
Si el pueblo lleva el apellido “Laku ba”, es porque estaba aguas abajo de un lago que los propios habitantes decidieron recrecer mediante una presa ejecutada en un punto óptimo, planteándose ahora la duda de si aumentaban la capacidad del lago natural para explotar el mismo para la pesca o para agua de boca en Belchite o en otra ciudad (ya que en los tramos siguientes de ribera apenas hay tierras regables), pero lo que parece claro es que numerosos lugares llamados La Cuna, La Cuba, La Cuerna, La Cueva, La Cuerda, La Culebra, La Cuenca, La Cuadra, La Cuaresma, La Cubilla, La Cueza. La Culata, La Cues y hasta La Cuesta a lo largo de la geografía española, se corresponden con lagos que fueron desecados para la agricultura y algunos de ellos aún perduran.
Ya en época romana, la presa se reforzó y recreció, pero siguió llenándose con los arrastres, lo que hace pensar en que los nativos preferían aumentar sus tierras laborables, quizás porque los diversos brazos del Aguasvivas ya les aportaban aguas para riego.
Ya nadie se acuerda del lago o los lagos que hubo en el río Aguasvivas.
Hola,
Me gustaría saber la bibliografía o archivos del artículo donde nombran que hubo lagos y que la presa se duda que es Romana. Muchas gracias.
Hola, María. Este Blog no se sustenta en análisis ni recensiones de literatura o citas, sino en la indagación de la toponimia de una gran área de Eurasia y el Norte de África a partir de las raíces del Euskera para entender su significado. Las modalidades de retenciones naturales de agua antes de la época agraria, son numerosas, muchas ignoradas incluso para los especialistas, porque ahora ya no existen esos entornos ni procesos y no son de interés económico ni didáctico. La duda de que la presa que en literatura se cita como «Romana del siglo I» lo sea, es mía, porque habría que ver lo que hay bajo los cimientos y los aterramientos del muro original para saber si los iberos u otros visitantes anteriores ya trataron de retener las aguas.
Muchos de los embalses naturales se han vaciado al alterarse el Nivel de Base del río o al desprenderse los materiales que los formaron (caída de rocas o arrastres vegetales atorados en un estrecho) y que mantuvieron el agua alta durante centurias o milenios, lo cual es fácil de ser leído al analizar la morfología y los sedimentos de las cuencas actuales de lugares que muchas veces los señala la Toponimia con nombres aparentemente no relacionado con el agua, como La Guardia, La Concha, La Cuadra, La Covacha, etc.
En España ha podido haber más de 20.000 casos de estos, de los cuales solo son citados los de «escala geológica», quedando los menores sin referencia.
Javier