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Canopy, dosel

Quienes manejen textos, manuales o informes sobre naturaleza y medio ambiente en Inglés o Francés, se habrán encontrado a menudo con los términos “canopy”, “canopee”, para referirse a la gran masa forestal verde que en las selvas tropicales ocupa la cota superior como si fuera un gran techo o dosel.

A diferencia de las selvas templadas y frías, donde la masa orgánica se reparte entre suelo (raíces, bulbos, hifas…) y parte aérea, en las tropicales, el suelo suele ser muy pobre en masa orgánica y la mayor parte de la actividad, de la vida, se desarrolla en las copas siempre verdes en esa capa viva que como un grueso paraguas retiene la luz, modera la temperatura y humedad y crea dos sistemas muy diferenciados, el del ramaje con su follaje permanente y el del suelo o selva, nombre este último de origen desconocido aunque la internacional pro Latín quiere que  sea provenga de “silva”, como se encuentra en los registros epigráficos más antiguos.

 

En la imagen, Sean Connery en el dosel de la selva.

Para explicar “canopy”, monjes, sabios y brujos han hurgado en eso que aquí llamamos “Latín vulgar” y en los ambientes británicos del “medieval Latin” y han encontrado “canopeum”, el palio de las ceremonias eclesiásticas, que buceando en el Griego se parece mucho a “κουνούπι” (sonido, counopi), mosquito y como la red mosquitera se dice “conupiera” y se coloca por encima de la cama, tirando del hilo han resuelto que la red de los mosquitos se parecía a la gruesa capa de follaje y ya había nombre explicación latina y flamante nombre para para el dosel de las selvas húmedas que pasado el siglo XV, españoles, portugueses y británicos descubrían en los alrededores del ecuador.

Ninguna referencia al cartaginés Hanon que antes de que los romanos desarmaran la finca tunecina, se fue a hacer la circunnavegación de Libia en dirección “contrahoraria” y aunque no pasó de Nigeria, se trajo consigo unos cuantos cuerpos disecados de las hembras[1] de unos grandes monos con un pelo asperísimo que allí llamaban “gor ila”[2] y detalles de las selvas que allí vieran sus marinos.

Pues, bien, es muy probable que la explicación a partir del Euskera, donde, “sel a” es el cielo raso, una capa superior llana de origen indeterminado y “bæ” es la parte baja, fuera la primera descripción por marinos aventureros de esa formación, de ese bosque donde la masa verde, las flores, frutos, monos, pájaros y hasta pequeños reptiles en medio de gran algarabía estaba arriba y la parte inferior, el suelo era susceptible de ser transitado con cierta facilidad, mejor aún que los sotobosques templados y fríos, así que la selva era ese suelo protegido por el gran dosel.

De igual manera, “canope”, es la alteración de “gan ope”, frase en la cual, “gan” es la parte superior de cualquier espacio y “ope” que vale como lecho, montón de hojarasca, etc., es la designación del gran colchón verde de estas selvas húmedas y cálidas: El gran colchón de arriba.

Dejemos a los mosquitos con su efímera vida.

[1] No consiguieron cazar un solo macho.

[2] Será casualidad que “gor ila” en Euskera signifique “pelo hirsuto”?

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

2 Comments

  • Yo diría que ese «gan ope» explica también el canapé en castellano y francés, que sería simplemente un colchón elevado. Y como era de esperar, en este caso la explicación oficial va a parar también al cuento de los mosquitos… de locos.

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