Cantabria:
Cantabria suena a región, aunque en los documentos históricos romanos se hable más de los cántabros que de su territorio y sea solo en las leyendas visigóticas, cuando se empieza a hablar del “Ducado de Cantabria” que muchos opinan que fue auténtico y se articulaba alrededor de Santillana del Mar.
Sea o no mencionado en documentos, el nombre Cantabria aparece así, “tal-cual” en media docena de lugares, si bien otros, compuestos de sus morfemas son abundantísimos, apareciendo por cientos, incluso miles.
Aparte del nombre de la región, en Cantabria hay un pequeño acantilado costero con pendiente negativa cerca de Galizano, que se llama Cantabria. Ver mapa.
Más conocido es el cerro logroñés de Cantabria, majestuoso con sus cortados de conglomerado rojo de más de cien metros de altura, a cuyo pie hay un yacimiento arqueológico que los sabios han bautizado como Cantabria y le han asignado la función de cuerpo de guardia prerromano. Vista desde el Sur.
Cantabria es la sierra caliza de perfil abrupto entre la llanada alavesa y la cuenca del Ebro que también conocemos como Sierra de Toloño y que se muestra en la foto; otro cerro empinado que está en Cádiz, un relieve brusco en Palencia y otro en la costa malagueña.
Finalmente también hay casos que –aparentemente no cumplen las condiciones- como un llano en una zona agrícola de Palencia, que también se llama Cantabria.
Nombres parecidos los hay en Navarra, donde un relieve igualmente brusco, se llama Kantabrana, en Jaén, donde una cuesta empinada se llama Cantalbrá y un relieve muy marcado, Cantabrás, en Girona, donde un barranco es conocido como Cantabra o en Burgos, donde un cerro con las cuestas muy pendientes en el que se asienta una población, se llama Cantabrana como la navarra pero con “cé”.
Se haría muy prolijo comentar peculiaridades de los cientos de topónimos en los que participan lexemas euskérikos como “gan, kan, kanta, biri, bri…”, pero baste –por el momento- decir que son muy abundantes y que tienen en general una marcada relación con entornos de perfiles o relieves muy abruptos.
Hay quien dice que Cantabria es una voz celta que significa “puerto entre montañas” y lo dicen basándose en que en alguno de los diccionarios celtas, “canta” equivale a piedra, canto, montaña y “aber”, a puerto.
Pero –suponiendo que Cantabria fuera la región que algunos ubican entre Llanes y Burdeos y que nuestros antepasados se refirieran a puertos como el de Santander, Bilbao, Bermeo o Pasajes, esa afirmación no responde a las condiciones de las otras cantabrias que apuntan claramente a entornos montañosos o de transición interiores, no a apacibles ensenadas.
Tampoco se puede asimilar el concepto de puerto militar o comercial de la época de los imperios a las condiciones de puerto que pudieran exigir las piraguas de piel de los navegantes paleolíticos, que podían “atracar” casi en cualquier lugar resguardado y subir su embarcación a tierra seca (“grao”).
La cuestión es que también en Euskera, “Kant, kantá” apunta a una configuración fisiográfica constituida por una o más paredes periplanas y con tendencia a la verticalidad; una especie de farallón o cantil como el de la imagen. En Bermeo tenemos un “Kantarepe” que recuerda esta foto.
También es posible que el sonido original hubiera perdido la sonoridad, pasando de “gandá” a “kantá”, en cuyo caso, la forma original estaría relacionada con el efecto de rebose –cuando se trata de agua- o de formas presentes en la corona o parte superior de un relieve.
Por otra parte, la coda “bri”, también es muy común en la toponimia y en las cuestiones relacionadas con manejo de materiales friables y granulares, indicando un estado avanzado de dominio, generalización y repetición de unas formas o estructuras, generalmente poliédricas, como de fractura, unas formas que se repiten en muchas de las “sierras planas” que se asoman desde la meseta al mar Cantábrico (ver imagen de la zona de Orduña), siendo muy patentes desde tierra en la “apreciable” depresión que forma la cordillera entre Picos de Europa y las primeras cumbres del Pirineo, pero que desde el mar y a otra escala, son relevadas por otras formas aún más abruptas que constituyen el grueso de la cordillera cantábrica, pudiéndose apreciar en la foto, uno y otro relieve.
Según este postulado, “kantá bri a” significaría algo así como “el borde alto fracturado”.
La otra opción, con “ganta”, hace mención a la corona, a la parte superior del territorio, a partir de “gan”, lo alto y “ta” generalizador.
De cualquier manera, de celta, nada.
Hola Javier,
Muy interesante. Me ha llamado la atención después de un hilo de otro foro en el que coincidimos…
Un par de cosas:
1.- Alicante=ALACANT en valenciano, creo que es un claro ejemplo, también, para KANT. Cuando se ve Alicante desde la costa, llama la atención el enorme cortado de la peña del monte BENACANTIL. Cuando nos conocimos en Zaragoza me comentaste que CA=KA=>corte, cortado. Lo que me lleva a pensar que podríamos hacer KANT=KA-AN-T (siendo T un aumentativo)=el corte grande y alto, que sería equivalente al significado al que te refieres con KANT…. Estámos hablando realmente de una evolución de raíces más simples en una más compleja?
Alicante sería entonces el «llano del cortado grande». Que también refleja estupendamente la localización de Alicante, al pie del Benacantil. Y BENACANTIL=BENA-KANT-IL=Monte del gran cortado.
2.- Me ha llamado mucho la atención de la raiz ‘BRE=BRI’=quebrado, de formas comprimidas (tal como aparece en tu libro del ADN). Llevo dándole vueltas a algún topónimo que finalmente creo que lleva éste implícito. CABRERA o cualquiera de las Cabreras que podamos encontrarnos=CA-BRE-ER-A= CA-BRE-AR-A=Cortado de peña quebrada. …. Pues te mando una foto por otro canal…
Tiene sentido????
«ka», más que corte, viene a ser desprendimiento, separación…
Lo de Cabrera, primero conviene ver si en el idioma actual tiene sentido, es decir, si hay cabras o puede haberlas.