Especie de chaqueta muy ceñida al cuerpo.
Parece que la casaca interesa poco, que es una prenda de museo que se ve solo relacionada con soldados de infantería o caballería. Su hechura, muy ceñida al cuerpo sugiere un uso militar que evite los agarrones o enganchones en la lucha; quizás al desaparecer este tipo de lucha en las guerras modernas y al hacerse fuerte el “pret a porter”, las prendas hechas a medida han desaparecido y la casaca se ha olvidado.
Pero, ¿cómo la llaman otros?… En general, las lenguas occidentales y meridionales la llaman de forma muy parecida, pero las germánicas la confunden con la chaqueta (“jacket”) y hay que irse a las bálticas (nombres del tipo “striuke”), a las eslavas que alternan formas parecidas y distintas y más al Este, a Mongolia, para encontrar designaciones muy diferentes, como “khürem” que la diferencien de la chaqueta.
Porque es necesario diferenciar el objetivo “físico” de una prenda ceñida de guerra, de otra de ceremonia, con un valor “social”: Una ajustada, la otra holgada.
La explicación etimológica es muy pobre y no creo que satisfaga a nadie; nos dicen que si procede del Italiano, que si del Francés a través del Turko “kussak”, vagabundo, que si del Persa “kazagand”…
Lo eterno, lo de siempre es buscar la primera aparición en un documento y asignar a tal origen la palabra. Un disparate que no sirve mas que para inducir a errores.
Cuando se habló de cacho o de cachorro, se apuntaba a que el sustantivo “catxo” indicaba una aproximación al ente completo de tal manera que la identidad era clara entre ambos elementos; un cacho de una cafetera, muestra claramente su anterior esencia, como lo hace un cachorro que es la miniatura de una especie adulta.
Asimismo es posible que “katx djaka” (de “katx”, pretensión, indicio y “djaka, saca”, chaqueta) que diera en “casaca” indicaría algo así como “precursora de la chaqueta”, es decir, una prenda con iguales formas esenciales, pero sin la elegancia de la prenda superior de un traje.