Castellano Euskera Prehistoria Sociedad

Casta, cast, lengua castellana.

 

Esta voz de aspecto vulgar tiene mucha más importancia de la que pudiera parecer, porque aunque muy pocos idiomas la usan (Catalán y Castellano entre los latinos e Inglés y Alemán entre los germánicos), no equivale exactamente a raza, sino como explica Covarrubias, se refiere a una peculiaridad racial relacionable con los precedentes cercanos o locales como el linaje, aunque la escasez de argumentos de quienes manejan la Lengua salga siempre con que estas voces tienen que provenir de alguna parecida en Latín, así que tomando “castus” por modelo, se han aireado disparates como el de Sebastián en el facsímil adjunto sobre las ventajas de la castidad o como han propuesto otros, llegada desde el Francés “caste” y esta desde el Portugués que la usaba en la India para llamar a los diversos grupos sociales[1]

En Inglés, aparte de “caste” para referirse a lo mismo, se usa profusamente “cast” como verbo que se refiere tanto a los ensayos de futuros artistas como a las adiciones o aportes (mezclas) para crear aleaciones metálicas, como también al acto de verter, en especial el hierro fundido, que llaman “cast iron”, equivaliendo en este caso a “echar, tirar, volcar…”, colar; una idea clara de que se está ensayando o probando algo.

Esta idea central se ha difuminado en otros idiomas, que a ese lexema siguen dándole valores que guardan cierta relación con la idea de partir, contar con…, repartir varios elementos para obtener algo distinto que puede ser desde un material de construcción a una obra de teatro o un anuncio comercial (casting).

En Euskera sigue usándose “kasta” para definir a la persona, animal o planta cuyas características singulares exceden las de la raza, para recordar a algún antecesor cercano, pero asimismo, la forma radical sonora “gazt”, aparte de juventud, indica inmadurez, negación de haber alcanzado las características definitivas… circunstancia que sugiere una explicación muy diferente a la oficial para el nombre de la Lengua Castellana (de tierra de castillos), que bien pudiera haberse originado en “gazt ela”, como actualmente se dice en Euskera.

En el diccionario de Covarrubias, se define Castilla, pero la Lengua Castellana se menciona de refilón, sin dedicarle explicación específica y solo en el contexto general de “Lengva”, donde elucubra sobre que la lengua original de España pudiera haber sido el “Vascuence” y más adelante, que pudo haberse perdido por su rudeza… (ver facsímil).

Y extraído del epígrafe de Lengua el siguiente párrafo,

La primera mención de “Castella” como territorio, aparece a finales del siglo IX en una frase escrita en Latín, pero la combinación Lengua Castellana lo hace ya muy tardíamente en el diccionario de Terreros a mediados del XVIII, no pudiendo disponerse de base documental para justificar el nombre que la tradición basa en la abundancia de castillos.

El razonamiento basado en los castillos es inválido por varias razones, la primera obvia, es que los territorios no se nombraban antiguamente[2] por las construcciones humanas, que siempre corresponden a estadios recientes (China no se llama así por su muralla ni Egipto por sus pirámides o Capadocia por sus cuevas artificiales…) y otra, aún más importante, que los castillos han sido comunes en varias regiones españolas, portuguesas, italianas o francesas y no es Castilla precisamente donde son más abundantes[3].

Teniendo en cuenta lo dicho al comienzo, el nombre inicial pudo corresponder a la lengua, llamada despectivamente por los hablantes de Euskera mayoritariamente nómadas, “gazte ela”, literalmente, lengua inmadura, en formación, pero que a lo largo del tiempo adquirió una efectividad superior a otras, de hecho, arrinconando al Euskera, (del que tomó infinidad de préstamos que la etimología demuestra sin duda alguna), pero con una estructura gramatical muy diferente.

En resumen, consolidada la tendencia social al sedentarismo tras milenios de convivencia con el nomadeo, el ámbito de uso del Euskera en que se hablaba una jerga en creación, se llamó Castella por evolución de “gazte ela” y las corrientes “cultistas” modificaron a Castilla, que sonaba a épica de castillos.

Muy dada la erudición en relacionar epigrafías con sucesos, durante siglos se ha presumido de que el Castellano nació en San Millán de la Cogolla, hace unas décadas tuvo que considerar que pudo haber nacido en Calera y Chozas y últimamente entra en liza Valpuesta (imagen de portada Colegiata de Valpuesta) que reclama tener documentos del X, copia de otros del siglo IX, en Castellano.

 

 

 

[1] En realidad en la India, a esas castas se les llama “nasi, “nasia”, “jaati”…. según lenguas del grupo sánscrito.

[2] Neolítico o incluso Mesolítico

[3] Jaén, por ejemplo, tiene mucha mayor densidad de fortalezas.

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

4 Comments

  • Interesante. Como no estudioso, pero lector, del asunto, encuentro alguna duda que seguro será resuelta de inmediato. La ignorancia es atrevida!, y vamos a ello:

    Creo que en esos tiempos no se puede hablar de «euskera». No creo, o no conozco, que hubiera ninguna sociedad unitaria en el territorio vasco con una lengua común, el euskera. Más bien diría que habría lo mismo que nos ha llegado, más o menos, múltiples dialectos, por llamarlos de algún modo, repartidos por los caseríos.

    Fué muy sorprendente, por mi estado de ignorancia atrevida, encontrar topónimos íberos, o asimilables al actual «euskera» o a lo que sabemos del íbero, en Andalucía o Valencia. Impresionante y muy interesante. Pero no creo que hubiera «vascos» o «euskaldunes» viajando por la península y poniendo nombres a lo que veían aquí y allá, para que los autóctonos los tomasen como suyos.

    Parece más bien que, lejos de ser la península «repoblada» por «euskaldunes» que iban creando topónimos a su paso, el íbero, o lo que fuese que hubiere, era una lengua extendida en toda la península, o al menos bien mezclada con las locales. Creo que eso es así. No era exclusiva de vascos, y no enseñaron a hablar a los del resto de la península. Ya la conocían todos, o muchos. Tal vez en algunos casos era su lengua, con matices. Pero hablo desde la ignorancia, no pretendo sentar cátedra ni muchísimo menos. Es una pregunta, en realidad.

    La ventaja de ser un poco ignorante como yo, es que uno puede decir cosas con poca vergüenza escudado en la misma ignorancia. El comentario viene a que muchas veces me encuentro estudiosos del tema hablando de nombres vascos, o nombres euskeras, o nombres íberos, entendiendo el íbero como lengua autóctona vasca, por la península, como si los vascos saliesen de su tierra a poner un nombre y vuelta a casa. Como si su idioma fuera el íbero, y el resto de la península hablase otra cosa. En cualquier caso otra «cosa completa», no «en formación».

    Como lego en la materia, pero muy interesado en el asunto, me sorprende que se hable de una lengua como «en formación» o una «lengua inmadura». Creo que no existen lenguas en formación, eso si que lo tengo definitivamente claro. Así que no parece demasiado verosímil, la propuesta de que los habitantes de «El País de los Bosques», digamos, pudieran pensar que la lengua de los del llano fuera una lengua sin terminar de hacer. Sin duda estaba terminada, como todas.

    Seguro que puede corregir mis errores y aclarar mis dudas.

    Enhorabuena por tan interesantísima página y un saludo cordial.

    • Estimado «Kiwala», no me extraña que este blog le genere dudas, porque muy poco de lo que en él se trata es admitido oficialmente (universidades, academias, centros de cultura, editoriales y medios de comunicación), así que todo lo que aquí se trata genere dudas en los que no hayan seguido la evolución del conocimiento que se refiere al Euskera y parientes desde el siglo XVI, más o menos hasta ahora.
      Usted habla de territorio, pero el territorio que ahora es tan importante y se mata y muere por él al tomarlo como propiedad, no siempre lo fue, esencialmente por dos motivos, uno, que los humanos no éramos tantos como para que nos molestáramos mutuamente, otro, que casi todos éramos nómadas y vivíamos 60% del ganado, 30% de caza, pesca y recolección y 10% de algún cultivo temporal en las zonas de cría del ganado.
      Yo planteo que el Conocimiento se generó mientras nuestros antepasados recorrían una parte del mundo templado (no las selvas ecuatoriales y tropicales) y no en las ciudades como se ha divulgado siempre.
      El Euskera radical tiene una peculiaridad que no tienen muchos idiomas: Los elementos que forman las palabras son propios casi en su totalidad (obviamente hay préstamos, pero son neologismos), así que se puede demostrar cómo han llegado a formarse sustantivos, verbos y adjetivos, sobre todo.
      Le sugiero que mire en El ADN del Euskera en 1500 partículas cómo se explica esto
      Y le agradezco su sinceridad

      Javier

      • Muchas gracias por su respuesta. Gracias por perder un rato respondiendo a un neófito bastante despistado. Tal vez lo bueno de ser ignorante es que uno no para de aprender, siempre en lucha contra la ignorancia. También le digo, ya que padezco de un poco de verborrea, que últimamente voy viendo que cuanto más leo e investigo… me doy cuenta de que soy mucho más ignorante de lo que sospechaba, paradójicamente cuanto más se, menos se!

        Todo lo que propone me parece muy interesante. Sin duda la recorreré de arriba abajo con tiempo. El estudio del origen de la lengua me parece muy interesante, desde las cuevas, como propone Díaz-Montexano. Y la «lengua madre» de Carme, rompedora Carme. Ahí vamos, entre todos, con sus lógicos y fundamentales debates y controversias, seguro que llegan a descifrar el camino al pasado.

        Un saludo.

  • Estimado Kywala.
    Por principio siempre procuramos tener mucho cuidado con aquellos que se autodenominan ignorantes porque normalmente detrás de la aparente ignorancia hay un análisis serio de las situaciones.
    Lo mismo que en tu caso
    Por ello nos molestamos en informarte de nuestra hipótesis

    No existen lenguas que otros puedan definir como»» en formación»

    El problema reside como venimos preconizando desde hace mucho tiempo ,en nuestras ponencias dentro de la asociación de lengua ibérica, en el origen de lo que llamamos lengua euskerica.

    Ahora cambia ese nomadeo de norte a sur por una llegada suficientemente amplia de gente que provienen del Sahara Verde, cuando hacia el siete mil antes de nuestra era comienza un periodo de aridificación, generado por un movimiento en la corriente del golfo como consecuencia de un cambio climático producido por la finalización de la era glacial.

    Es decir una emigración masiva de una población que durante tres o cuatro mil años de neolitismo en el Sáhara Verde se ven obligados a abandonar sus territorios y lo hacen portando sus tres conocimientos
    fundamentales. La agricultura con ganadería, la cerámica con decoración incisa y cardial y la lengua compleja que se había generado durante esos miles de años de neolítico corroborados por las dataciones de la cerámica encontrada en los territorios de Ayr
    y Ahoggar a través de C-14
    También por la toponimia de las Islas Canarias y de la región del Atlas marroquí.
    Es una migración que se produce de sur a norte y además está corroborada por los conocimientos arqueológicos generados tanto en la zona sur marroquí como en la zona norte gaditana por el grupo arqueológico del estrecho de Gibraltar
    Esa lengua llega no solo a esta península sino por ponerte otro ejemplo a la isla de Cerdeña donde para darte una idea cuando te mueves por ella parece que lo estás haciendo por Guipúzcoa por la inmensa cantidad de topónimos con la misma raíz de formación que tiene el euskera que ha nombrado topónimos en Euskal herria.
    Treinta mil topónimos más, de la península razonablemente llamada Ibérica ,estudiados uno a uno y distribuidos a lo largo y ancho de toda ella.
    Como ves el tema es largo y profundo y forma parte de la discrepancia que mantenemos Javier Goitia y nosotros no solo sobre el origen de la lengua sino también sobre «el cuando «del establecimiento de los topónimos. En nuestra opinión contraria a la suya solamente se establece un nombre o una palabra cuando se necesita y alguien puede repetirla para perpetuarla
    En nuestra opinión ,esto solo puede haberse producido a partir de la necesidad que en el Neolítico, tras el asentamiento humano ,se genera de comunicar a los vecinos el nombre de un lugar o del sitio en el que viven
    Evidentemente ambas hipótesis están fuera de todo el planteamiento cultista

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