Construcción y Edificación Prehistoria Sociedad Toponimia

Consuegra

Donde se acaba Toledo por el sur, está la población de Consuegra recostada en una sierrita (Peña Tajada) famosa por sus molinos de viento y por el imponente castillo de La Muela que visitamos hace tres o cuatro años, cuando la guía que nos acompañaba explicó que el nombre del pueblo, nada tiene que ver con madres políticas, sino con el nombre antiguo del entorno y ciudad anterior a los romanos, de “Consabura”, debido a que el actual río Amarguillo, antes se llamaba “Sabo” y “Con” se refiere a la concentración con otros riachuelos.

Esto me trajo a la memoria la desastrosa inundación del Amarguillo hace ciento treinta años, un arroyo que al cruzarlo en autobús, me pareció inocente e incapaz de tal acción.

Me quedé con la copla que parecía tan manipulada como inconsistente, por varios motivos. Uno es que para encontrar un río Sabo hay que ir “hasta Malabo” (Guinea) y además, los nombres de río tan sencillos y sonoros, no se olvidan; como mucho, queda una cola o un afluente con el nombre, que perdura. Esto quiere decir que Saladillo es un nombre “corriente” en Toponimia, presente en más de cien lugares, treinta de ellos arroyos, además de barrancos, etc. y que es de los nombres que perduran.
Aparte de eso, concentración de riachuelos la hay por doquier en La Mancha y no es un argumento de peso para nombrar a un valle o a uno de sus ríos.
¿De dónde han sacado los gestores de la Historia ese nombre?… Pues como otros muchos, del Itinerario de Antonino, un mapa de carreteras del final del Imperio Romano, donde se cita un núcleo de población llamado “Consaburum” entre Toletum y Laminio.
De Toletum hay pocas dudas, pero Laminio nunca ha sido certeramente ubicada, aunque arqueólogos e historiadores quieren que sea Alhambra, el bello pueblo de Ciudad Real que sigue con su estructura de hace milenios, montado como un gato en un taburete, en un tramo de sierra desgajada de la homónima Sierra de Alhambra y en cuanto a Consaburum, lo mismo; quieren que sea el nombre antiguo de un poblado en la parte meridional del Cerro Calderico o Piedra Tajada, que “se bajó” tempranamente a la vega, al borde del río Saladillo, para aprovecharse de la “paz romana”.

La imagen “plana” de Google Earth tomada desde el Oeste, no refleja con justicia el peralte del morro en que se edifica la ciudad de Alhambra cuyo nombre actual quieren los sabios oficiales que sea árabe y que haya sustituido a la antigua Laminio para que les cuadren sus ideas, pero, fantasías aparte, a otros nos parece que el nombre “aran barra”, que significa “barra, barrera del valle”, es muy adecuado para la morfología de esta población, así que es posible que Laminio esté esperando a que algún arado o excavadora saque a la vista alguna muestra de sus edificaciones y se descubra la auténtica que quedó olvidada y el limo de las llanuras sepultó, cosa que no ha pasado con Alhambra, que fiel a los hábitos prehistóricos, buscaba las alturas.
Tampoco es convincente por el simple análisis morfológico, que Consuegra sea Consabura, aunque recorriendo sus calles, pronto se nota que hay dos tramas, una, arcaica y estable durante mucho tiempo, de forma almendrada y dieciséis hectáreas de superficie, en la que solo las calles principales pasan de tres metros (como Toledo) y luego el gran ensanche de más de cien en el que se detectan desde crecimientos alrededor de las carreteras hasta tramas ortogonales y caprichosas, que a finales del XIX tenían el aspecto del mapa inferior.

Pero esos dos gremios de arqueólogos e historiadores, suelen tener prisa por asignar sitios y momentos a los lugares y son muy propensos a considerar solamente lo que favorece a sus ideas previas y da pie para publicar algo, pero otros nos entretenemos con indicios que han sido subestimados o con otros muy diferentes que los paradigmas establecidos expulsan -hasta ahora- del proceso de análisis.
Hoy en día todo el mundo da por certificado que Consabura era un poblado carpetano acomodado en la cima-norte del cerro Calderico y que los romanos incentivaron a sus habitantes para que bajaran a hacerse una ciudad junto al río, poblado que cristalizó con la forma señalada en azul y continuó conservando el nombre. Esto encaja con las ideas inoculadas de carpetanos e iberos atrasados y romanos civilizados.
No se puede negar que sea cierto, pero hay diversos argumentos que lo ponen en duda, tanto en aspectos físicos, como en etimología toponímica.
Los únicos indicios físicos de muralla en Consuegra, están en el cerro, porque el perímetro azul de la población antigua parece ser la traza de una mota (como había infinitas en estos valles tendidos) para defender -primero cosechas- y luego viviendas, aperos, almacenes y animales, de las crecidas rápidas del sistema del Amarguillo y otros ríos parecidos.
En ese perímetro tampoco encaja con los parámetros romanos la trama de sus calles ni la orientación de las mismas; además, aparte de algunos aljibes, no se ha podido constatar que hubiera traídas de agua de boca.
Finalmente, hace poco se ha encontrado una gran basa columnar en una depresión del Amarguillo aguas arriba de la población, elemento que las aguas han arrastrado desde algún lugar importante situado más arriba, quizás más arriba incluso del gran azud “romano” que reventó durante una tempestad en 1891 y cuya avalancha, arrasó Consuegra que ya no tenía mota (el mapa es de 1986, pero, seguramente con datos anteriores al desastre) provocando cientos de muertes.
Muchos eruditos no se explican para qué se construyó tal azud aguas arriba de una ciudad, pero lo más probable es que existiera o no Consabura en esa zona, puede que la presa de tal embalse se decidiera -igual que otras muchas- como ayuda a uno natural y somero existente, para evitar que se secara en estío, para atraer aves migratorias en invierno y primavera y también con el objeto de elevar el nivel piezométrico del entorno y mantener operativos los pozos de posibles quintas o incluso de una pequeña ciudad que se abastecería de esa forma en lugar de hacerlo de acueductos, dando a la vez una duración mucho mayor a los pastos en una gran ribera de quinientas hectáreas.
Ver mapa con el posible perímetro de la presa.

Apoya esta idea la abundancia de nombres de lugar en que aparece Consuegra con un aparente artículo (que no lo es), La Consuegra y también numerosas La Conchuela (una, a solo 25 km. de Consuegra), Las Conchuelas, La Conchuda, etc., todas ellas con indicios de antiguos procesos sedimentarios o de tipo lagunar.
Pasando a Etimología y hábitos de la Toponimia, esta es muy reacia a formantes como “consa” y “bura”, no habiendo un solo lugar que contenga ambos y apenas una decena (Consana, La Consagra, Egalesabura, Arbura, Villabura…) que tenga parte de uno u otro.
Sin embargo, “conso, consu” es muy abundante, con un ciento de lugares que llevan cada una de las versiones, lo que indica dos cosas, una, que es vernáculo y otra, que pudo haber lugares o épocas en las que la vocal intermedia era más usada y otras en las que decantaba en una de esas dos formas.
Igualmente, “uegra, uebra, uerga, uerba, uerca” en Toponimia, pertenecen a una familia de higrónimos que nada tienen que ver con el “socrus” latino, en los que “g, b, v, r”, por un lado y su posición relativa, por otro, están en un millar de lugares de los que “uegra” es el menos abundante (35 casos, casi los mismos que “conchu”), pero es muy consistente y no se ha perdido aunque en la etimología actual sugiera cosas disparatadas para el significado de ese sonido que se tratará de recuperar con éxito.
Por eso se postula que “Consuegra” es un nombre poco alterado ( le falta “La” al comienzo) y que “Consabura” lleva una alta probabilidad de que fuera la consecuencia de la alteración cultural plasmada en la epigrafía por unos cronistas que carecían de representación para algunos sonidos de los lenguajes hispánicos.
Además, Consuegra, La Consuegra, hay varias y sería cómico plantear que todas proceden de “Consabura”;
En la áspera frontera entre Jaén y Córdoba, hay un Arroyo de La Consuegra que desemboca en el río Guadajoz donde hoy en día hay un vergel de unas nueve hectáreas (antiguamente una ciénaga que pudo ser mucho mayor que el perímetro señalado en azul) que conserva una lagunita residual que se puede ver en el plano adjunto, el Pozo de La Plata y otro “mini conjunto” lagunar en la loma, que analizados como un ente, apoyan la idea de que el nombre original fuera “lakun txu erka”, algo así como “los estanques del laguito”.

Cerca de esa zona, hacia la sierra, hay un lugar perdido que se llama La Consuegra, lugar ahora cubierto de olivos y en el que es difícil ver indicios de suelos sedimentarios, aunque el relieve ayuda a deducir que pudo haber rosarios de lagunas coincidiendo con los inicios de varios barrancos; además, el topónimo coincidente de Las Lagunas y Las Covatillas (alteración de “lako bae til a” (lagos someros en lo alto), en plena sierra, refuerza esta idea de La Consuegra como posible hidrónimo.

En Segovia, el municipio de Gomesarracín localizado en el cinturón de pinares, hace siglos, puro secano, es ahora una mancha verde desde que en los años setenta llegara la corriente eléctrica con potencia suficiente y su derredor se llenó de cientos de pozos (a veces con densidades superiores a uno por hectárea), pero los antiguos ya debían saber que había un acuífero bajo tierra porque el agua asomaba de vez en cuando… Quizás su zona norte que aún conocen los lugareños como “La Consuegra” fue en la última época húmeda antes de nuestra Historia, un conjunto de lagunas que se fueron desecando por el influjo combinado del clima y los labradores, época de la que queda solo el nombre.

Hay una Consuegra de Murera, que es un pueblecito de Segovia que se localiza en el tramo medio del Río Juan (o de Pradales), afluente del Duratón, donde este sale del surco superior por el que bajaba de Somosierra, para ensancharse momentáneamente y volver a encajarse hasta su confluencia.
No hay información documental, pero la fisiografía, la fértil llanura agrícola y los trazos de sus regatos y sangreras, vuelven a sugerirnos que el nombre original del entorno pudo ser “Lakon txu erka”, una ciénaga que se tardó siglos en desecar y en ese proceso se perdieron nombres del pantano, como “Iglesia” (“igel ezi a”, o el cerco de las ranas”), quedando solo su recuerdo en “Cuestaiglesia”, lugar donde nunca hubo una, como en infinidad de iglesias en pleno álveo de muchos ríos.
Amputado el aparente artículo “La “ inicial, se dejó el nombre como Consuegra, que parecía tener algún sentido.

El caso es que también hay -en la llanada sevillana- en otra zona endorreica muy conocida, una laguna y varios lugares (dehesa, casilla…) que llaman La Consuegra y no encontrando río Sabo alguno en la cercanía, su origen de “Consa bura”, como en la toledana, parecía mucha casualidad…

En Baena, hay también un arroyo de La Consuegra.
De las formas parecidas se ha tratado otras veces, pero es oportuno recordar que “uerga”, forma inversa de “uegra”, es muy abundante en zonas tranquilas de muchos ríos, donde compite en frecuencia con “huelga” y en casos muy raros conserva la “ch” inicial, como en La Chuerga, barranquito en Los Monegros, que antaño debió de llevar agua, porque los aluviones nivelados en el siglo pasado así lo denuncian, formando un paisaje agrario que en la orto fotografía deja imágenes sicodélicas como la siguiente, obra de la combinación del agua y el hombre.

Allá por el año 82, estuve recorriendo el tramo final del río Huebra en Salamanca (que a mí, me sonaba “Uegra” hasta que lo vi escrito en cartografía), donde estudiábamos un trasvase entre éste y el Águeda. Cerca de Los Arribes, el entorno era muy quebrado y virgen. No había visto nutrias hasta entonces, pero no llegué al Huebra alto, igual de áspero, donde este apelativo se repite por doquier después de un tramo medio apacible.
En esta zona de esquistos es difícil leer el pasado, pero el tramo medio de este río está plagado de charcas, fuentes y otras manifestaciones hídricas.
Aparte de ahí, hay Huebras y Las Huebras en el Sureste de Ciudad Real, ahora xérico, donde se llama así a un amplio territorio de unas mil hectáreas de grandes surcos en fase juvenil de erosión, donde hubo en cierto momento del proceso infinidad de charcas estacionales. Los barrancos tributarios, ahora ramblas, van al río Guadalmena, que se ve en el borde inferior de la foto.

Hay Sierra de Huebra y de Huebras, en el espolón meridional de Albacete que entra en Andalucía. Hay La Huebra en El Cerrato y La Huebra de Todo el Día es una mesetita entre los ríos Zamprón y Almar, en Salamanca, como Las Treinta y Las Cuarenta Huebras…
Como resumen, “suegras” y “huebras”, “huelgas” y “uercas”, son los formantes que han quedado fosilizados de antiguos nombres más largos y explícitos para denominar a lugares con fenomenología hidrológica muy concreta, como “Lakonsuegra” que, pulida por la cultura dominante, quedó en Consuegra .

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

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