Esta voz, nombre, verbo y hasta adjetivo, es común en todos los lenguajes cercanos, incluido alguno de los llamados celtas y entre los védicos, extrañamente, solo en el Punjabí; llama la atención su ausencia en el Latín (excepto en el eclesiástico moderno), donde su expresión canónica era “flagitium”. Está en Húngaro, aunque no en Turco ni Finés, así que tales irregularidades recomiendan un estudio específico que trate de aclarar cuestiones no evidentes en lo que se lee en bibliografía, siempre propensa a rodar por la pendiente más acusada y evitar repliegues no gratos para quienes viven del mito.
Ya en el siglo XII se halla escrita en Francia en textos de Latín Eclesiástico sin que se conociera su origen, que es encontrado por Anatole Bailly helenista destacado del siglo XIX en Francia que dio con ella en textos de la biblia griega, como “skandalos” que relaciona inmediatamente con el Hebreo “scandal”, tropiezo y explica de ahí su significado de consternación, disgusto generalizado, desazón… y desde poco más tarde, avalado por Chantraine, figura en todas partes como proveniente del Latín “scandalum”[1] a partir de la expresión griega citada.
Nadie cita ni estudia el Euskera, donde las raíces o componentes “izka” (altercado, pelea, disputa), “izik” (espanto, consternación), “esk” (exigencia), “an”, (grande, superior) y “alú” (falsedad, locura, inconsistencia), son habituales, lo que hace que la voz en cuestión merezca una oportunidad que los profesionales (sucursalistas) de la Lengua Vasca no le dan, aportando a los diccionarios solamente voces cursis de marcado carácter religioso, como “gaitzbide” (mal camino), que son muy suaves para lo que un escándalo “iskandalua” (tal como se oía en la calle[2]) suele suponer de alteración de la armonía social con alboroto, griterío y demandas y no solo una decepción moral.
Es posible que “izik and alú”, compuesta de gran consternación y falsedad pudiera haber sido precursora del “skandalos” griego, que en realidad no es griego. En la imagen Escándalo del Forum Filatélico
[1] Con advertencia del símbolo de la cruz.
[2] Hacia el año 1956, los municipales de Bermeo zurraron a un delincuente que se murió en la cárcel. Trataron de llevarse el cuerpo en un saco en la furgoneta de la basura (una DKV Verde) para echarlo en las vías y que lo destrozara el tren, pero alguien se dio cuenta y se armó un “iskandalue”. Lo vi desde mi ventana y fue mi primera gran impresión.