“Ferme la porte” (foto de portada) es la primera frase que aprendí en Francés, cuando con seis añitos pasé tres meses enfermo en cama y “Aita” me contaba historias de Francia.
“Fermer” lo explican los sabios franceses como derivado del Latín “firmare” (solidificar, fortalecer…), armándose un lío sobre porqué no se siguió usando el “clore” alternativo, que sería mucho más coherente y marchándose al “Latín Vulgar” 1) para buscarse una explicación para este atajo que la lógica niega.
La cuestión es que siendo el concepto de cerrar tan elemental, la diversidad de formas que toma en las lenguas europeas es enorme y no hace sino debilitar las teorías que ponen al Griego con su “na kleíso” y al Latín “claudere” en el tronco semántico de donde derivaron otras lenguas, siendo muy pocas las que conservan la consonante doble “kl” y sus variantes cercanas, como el Inglés “close”, el Italiano “chiudere” o el Rumano “a ichide”.
No menos lío se montan los sabios portugueses para explicar su “fechar”, yéndose del sardo al aquitano, dando tumbos entre los “flisket, sisklet, kliket…”, delirando sobre la posibilidad de que “flisk”, pestillo haya ido dando saltos que llegan hasta la “fistula” (flauta) y tratan de ver similitudes entre tocar la flauta y abrir un pestillo (considerar la figura de cerradura antigua a la que recurren para mostrar la similitud con una flauta), en vez de ir a cualquier caserío de Bizkaia o Gipúzkoa donde les mostrarían distintos “kisket” (incluso de madera como el de la foto) donde “kisk” es morder, sujetar y “et” el generalizador funcional…
Antes de proponer soluciones, no está de más echar un vistazo a cómo se debaten los “expertos” en lenguas, tratando de endosar al (pobre) Latín paternidades que no le corresponden ni de lejos, todo ello por no tener en consideración a la lengua vasca, que dispone de respuestas para casi todas estas situaciones cómicas.
Empezando por el esquema temporal, es pueril que los “entendidos” pretendan explicar los nombres de conceptos, elementos o verbos que han tenido que ser manejados por los humanos desde sus primeras organizaciones sociales, quizás hace docenas de miles de años, como si fueran recién salidos de una carpintería o forja de una ciudad romana; definen el concepto de “cerrar”, ligado al cerrojo “sera”, bendiciendo el endurecimiento de la “r” sencilla y dando subjetivamente a entender que antes de las cerraduras no habría existido ese concepto ni se practicaría el cierre de ganados, aguas o simples semillas en un saco…
En cuanto al cerrar del Castellano, voz que no se repite en ninguna otra lengua mas que en el Euskera (“zerratu”), es de aquí donde se han tomado voz e idea. La idea es la misma con que se llama a una alineación de montes, “sierra”, elemento morfológico que a una escala grande y en combinación con otras sierras, podía ayudar a confinar extensos rebaños con solo cerrar una boca. El propio nombre inmemorial “cerca”, escrito apropiadamente, “zer ka” (cerrar secuencialmente) y referido a elementos improvisados para contener al ganado, se puede explicar como la secuencia (“ka”) de varios cierres (“zer”) provisionales, que se ejecutaban con materiales locales y con una gran dosis de inteligencia (ver imagen) para mantener su integridad durante un tiempo. Las cercas actuales han copiado esa idea y son lo mismo, un conjunto de piezas que se enlazan y evitan las tentaciones del ganado de escapar del recinto.
Explicada la cerca, hay que recurrir a la ocasional “confusión” entre “f” y “c”, como sucede entre la forma actual, “infierno” y la antigua “incierno”, para postular que en Francés “zer” dio en “fer” y la acción de cerrar, la transformación en verbo mediante el sufijo “er”, requería otra consonante para resolver la cacofonía “er-er”, introduciéndose una prótesis intermedia en forma de “m” para quedar un verbo muy personal, “fermer”.
[1] Idioma fantasma, que nunca existió.
¡¡Fascinante!! Me he quedado boquiabierto, tiene muchísimo sentido.
Profe, si mal no recuerdo, creo haber topado con un artículo aquí en eukele.com sobre planes suyos de publicar más etimologías, pero esta vez de otros idiomas como el inglés, francés, etc. ¿Se puede esperar una publicación pronto? Y si es el caso, ¿dónde las pudiera comprar? Estoy loco por aprender más, sobre todo acerca de la relación entre el euskera y el inglés, ya que soy de un país de habla inglesa y me han saltado varias similitudes a la vista, como «lawn» y «laun», «gore» y «gor», «ashlar» y «ar», etc.
Lo felicito de nuevo por sus investigaciones y también por el sitio.
Un saludo cordial,
Marcel
Hola, Marcel; las lenguas germánicas tienen coincidencias con las latinas y el Euskera. Efectivamente, tienes razón con el «lawn» y con otras muchas más que tengo en fichas y que algún día ire publicando. Mientras tanto, animo a los que como tú, tienen el don de ver donde otros no ven, que comencéis a guardar los indicios aunque parezcan poco probables. Felicidades por tu afición.