Euskera Física Geografía Prehistoria Toponimia

Javalambre 2

Además de los lugares con la mitad inicial o la posterior parecidas encontradas en España, que se citan en la primera parte (Javalambre), una vuelta de tuerca más que incluya la “ll” y “ñ”, bien conocidas por la dificultad que tenían los visitantes proto históricos para grafiarlas y nuestros nativos para alternarlas, aporta nombres sugerentes en la propia Iberia, como Cabeza Llambria, El Llambrial de la Estaca, Miñambres y Los Miñambres y otros cercanos en Francia, como Lambres, Lambrey, Mont d’Alambre, Plouzelambre, Ruisseau la Lambre, en Italia, Lambre, Fiume Lambro…
Empezando por los lejanos, el Mont d’Alambre (algunos traducen por monte de alabastro), es una cumbre de origen volcánico en el macizo central francés, donde no hay “rastro de alabastro”, que si bien su tono claro y su relieve lo hacen muy visible, cuando su parte meridional está nevada, es como un faro que destaca desde cientos de kilómetros de distancia.

Esta peculiaridad trae a colación una voz perdida en otros romances de España, pero que se conserva en Catalán, como “llambrar”, reverberar, brillar, reflejar la luz, verbo que recuerda al “lambro” del Euskera, deslumbrar (además de ser otra de las formas de llamar a la bruma y a la luz difusa que genera) y al “lampsi” griego con igual significado.
Así que recorriendo varios lugares de la geografía española localizados sobre todo en la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica en Picos de Europa, en Cataluña y Extremadura, se encuentran una docena de lugares en los que se dan las mismas condiciones de visibilidad incrementada por la reflectividad de la roca y su orientación adecuada para recibir la luz del sol e incluso, de la luna y erigirse en una especie de semáforos.
Uno es el Cerro Bollambre, una excrecencia rocosa de tonos claros de apenas una hectárea y quince metros de cota que sobresale de una planicie extrema entre Villafranca de los Barros y la Sierra de Hornachos en Badajoz, en una zona en que en otros cerros o rocas aflorantes menores se prodiga también el nombre de “Los Bollambres”. La intensa actividad agrícola aplicada en campañas sucesivas, para implantar olivos, primero al marco de veinte metros y luego al de diez, ha desfigurado las condiciones de la antigua planicie de la vega del Matachel que un ojo con experiencia aún puede leer.

El Llambrial de la Estaca, un impresionante barranco calizo en forma de circo orientado al Sur sobre el río Cares en el límite meridional de Asturias con León y Palencia, que concentra la luz del mediodía, debió recibir ese nombre por ser llamativa su claridad. En las imágenes siguientes se puede comprobar su relieve y litología, señalándose la zona con un arco añadido.

Vuelve a aparecer un nombre similar en Fuente la Llambria, en la parte meridional de la Sierra de Cuera, también en Asturias, donde surge la fuente en el único paño rocoso no cubierto por la vegetación, que refleja la luz natural (indicado por la cruz).

En el risco de Jollambres, en el brillantísimo Jou del Llambrión (en la siguiente imagen), desprendimiento circular en forma de circo de trescientos metros orientado al Suroeste, en la Peña Llambria (1700 m.)… todos estos y algunos más, en Picos de Europa.

O que en un salto de 700 kilómetros se va a la sierra catalana de Monsagre dels Paüls, donde Los Llombrars es una brillante pendiente rocosa de cuarenta hectáreas orientada al Sureste y muy llamativa.

Otros lugares con nombre sugestivo, muestran aún partes de roca orientadas al mediodía.
Y aquí es donde es oportuno entrar en la Sierra de Javalambre, cuya tonalidad clara debida en parte a su litología y a le escasa profundidad del suelo que devienen en una vegetación de muy poca cobertura y talla y la escasez de sombras y alta reflectancia debida a su relativa planicie, se observa de modo insuperable en Google Earth, pero que también sería visible antaño desde varias cuencas visuales y desde otras cumbres destacadas como el Lobo, Peñarroya, Cabezo de las Cruces, Sierra de Espina… Foto de portada.
Si bien Javalambre no es una sierra de relieves marcados y tiene contadas cimas reconocidas, la extensión de su área cacuminal es notable y se postula que de ahí viene su parte delantera “zabal”, amplia, extensa; condición que se da también en las cimas planas de la Sierra de Jabalón que se muestra en el ensayo previo.
La parte final, “llambre”, relacionada con su luminosidad, completaría el nombre “zabal llambre”, donde la “ll” habría desaparecido subsumida por la “l” para quedar en “zabalambre” y “Javalambre” por el efecto del tiempo y la cultura para llamar a unas alturas extensas y claras.

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

Deja un comentario

El tamaño máximo de subida de archivos: 10 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.