Conocí la existencia de El Burgo de Osma con apenas quince años, porque un nativo de la Villa compartía pensión conmigo y otros chicos en Tarazona y nos contaba sus maravillas de verano.
Visitadas durante la juventud villa y alrededores con diferentes objetivos y prisas, ya de mayor conocí el entorno con detalle porque me tocó intervenir en la línea eléctrica Aranda Soria y buscar un lugar adecuado para hacer una gran subestación como la ciudad y entorno necesitaban.
Los Proyectos Técnicos y las Evaluaciones de Impacto Ambiental brindan a algunos técnicos la oportunidad de sumergirse sin prisa y con medios suficientes en los valores ambientales, económicos, estéticos, sociales y arqueológicos de áreas amplias y yo aproveché muy bien esta y otro ciento largo de oportunidades, recorriendo con detalle orografía, riberas, montes y tierras de labor, lo que me aporta una ayuda inestimable cuando –décadas después- recurro a mapas y otras grafías que a mucha gente le dicen bien poco.
Lo general entre las gentes aficionadas a la Historia es decir que la mención de Ptolomeo a Uxama Argaela (o Argaela Uxama, según los casos) describe un asentamiento Celtibero y que su significado es algo así como “La muy elevada”, aunque nadie sabe en qué se basan para ello. Luego –dicen- esa “Uxama” se fue transformando en Osma.
La afición a la toponimia me ha llevado –en primer lugar- a comprobar si hay o no alguna Uxama más en la geografía cercana, siendo negativa la búsqueda, tanto con “x” como con “s” y “z”, si bien con esta última consonante hay en Navarra un lugar llamado Facero de Uzamalarre y con “j” existen dos lugares más, Cal Pujamau en Solsona y Pujamarell cerca de Ager, en Lérida, pero que no son candidatos claros a un parentesco con la Uxama citada.
Es decir, “Uxama” no es un sonido familiar.
Sin embargo, la búsqueda con Osma, tal como ahora –y siempre- lo han dicho los vecinos-, es algo más productiva porque además de la población de Osma, superada en las últimas centurias por El Burgo en fama y dimensión, hay en el entorno de Osma (entre tres y 30 kilómetros), media docena de localidades o lugares como Lodares de Osma, Traslosma, Valdesanchosma…; otro Osma y Osmagain en Bizkaia, Cerro de Perosma en Cáceres, Llanos de Tegosma en la isla de El Hierro, Santosma en Navarra, cerca de Dicastillo, etc., haciéndose difícil la extensión del axioma de que “uxama” dio en “osma”, porque alguna forma arcaica habría debido de sobrevivir en un abanico tan amplio que comprende media España.
Dicho esto, se postula que en algunas de las localizaciones la raíz “os” está relacionada con la existencia de pozos en zonas cercanas al álveo de ríos y arroyos, pozos cuyo destino a escala temporal geológica es la de resultar colmatados, especialmente en terrenos aluviales como los de Osma, donde el comienzo de la agricultura masiva hace unos 3.000 años debió aportar muchísima carga aluvial a ríos que antes estaban en un razonable equilibrio.
Según ese planteamiento, la actual Osma, cuyo núcleo de viviendas se remarca en amarillo, estaba al borde de un pozo amplio que forzaba el estrecho de La Atalaya y que se señala en morado; humedal, que siendo el mayor del río Ucero, sería denominado “Os ama”, voz que significaría “El pozo mayor” y que transmitida por exploradores al historiador grecoegipcio, fue trascrita como “Uxama” y mantenida obsesivamente por los documentalistas a pesar de cómo lo llamaran los vecinos.
No es coincidencia que todas las demás “Osma” de la geografía, bien sean cercanas o lejanas, tengan en sus cercanías manifestaciones hidrográficas notables. Incluso El Llano Tegosma de El Hierro, muestra al observador la existencia previa de dos “calderas” que recogían aguas atmosféricas y que recientemente han sido “mejoradas” para aprovechamientos energéticos.
También el Cerro Perosma tiene a su alrededor varias balsas, entre otras, la denominada Balsa Moheda, el Osma de Bizkaia, aldeíta de cuatro caseríos, está sobre el río Artúa y en su cercanía hay hidrónimos como Urgarria (Digno de agua) y Urbeltziturri (Fuente de agua negra), en Traslosma está la Balsa del Terreno y la Fuente del Cantarral.
Pero la mayor atención la merece el “singular” río Ucero que se une al Abión al otro lado del antiguo pozo de Osma, donde se ha puesto una flecha naranja.
Este río, famoso por “robar” su nombre al Río Lobos tan pronto como deja ese cañón en las cercanías del pueblo de Ucero, es un río que corre en el sentido de los meridianos y que en su trayecto entre Ucero y Osma presenta numerosos indicios de haber tenido en la antigüedad diversos pozos y charcas, hoy todos colmatados: La Hocilla (“os”) a la salida del cañón, El Pozoto, bajo el castillo de Ucero, El Charcón, frente a Valdelinares, Barcelás (“bartze”, humedal), frente a Valdemaluque, Sotos del Burgo, La Caldera en Barcebalejo, El Soto y El Pozón, Lagunazo, poco antes del Burgo y un nuevo El Charcón, antes de entregar sus aguas al Duero.
Tal abundancia de lugares con aguas retenidas pudieron haberle dado el nombre de “os ero”, donde “os” es la raíz primitiva y genérica de pozos y pozas y “ero” indica la abundancia, incluso dominancia de uno u otro fenómeno o característica. El paso de “os ero” a “ucero” no exige grandes esfuerzos, especialmente si se considera que la denominación del agua entonces era “u”.
El complemento Argaela, que el egipcio ponía ocasionalmente al principio, parece una evolución de “Ar kaila”, literalmente, piedra en costra, formación geológica muy frecuente en la zona, por ejemplo en el otero de Alcubilla del Marqués (en la imagen), a 5 kms. de Osma.