Rodete acanalado con un eje central, sobre cuyo canal corre una cuerda.
El antecedente de las poleas es el motón, invento estático parecido a un botón con tres agujeros (ver en Mar).
Nuestros sabios le ven parecido con el “polo” griego, con ese poste sobre el que gira una puerta y aunque la polea se diga “trochalia” en ese idioma, quieren que sea el polo lo que describa a una polea.
Pero los antiguos no eran tan simples y para ellos un polo es algo fijo (como el motón), mientras la polea es algo distinto; su diferencia es que gira.
Pero insisten y aseguran que la “trochlae” del Latín (la trócola que decimos ahora y que se explica más adelante), fue superada por el polo.
El “pulley” (verbo o sustantivo) de los británicos, que ellos mismos reconocen no saber de donde viene y que no se atreven a relacionar con polo alguno, porque no son tan inconscientes como nuestros jefes, viene también del mismo lugar que la polea.
Su explicación responde a una ley física concreta, “bol egia” subsumida a “boleia” y “polea”.
En ella, “bol” es el impulso de empuje o tracción, lo que transmite la cuerda y “eia” es la ejecución, la aplicación.
Polea: La que tira…