Esta podía ser una frase literaria de cualquier novela épica en la que se describe la actitud de un personaje que más allá de un súbito enfado, reacciona con decisión ante alguna agresión, menospreciando los daños que su arranque le pueda acarrear, porque lo considera de justicia.
Para el arrojo que hasta los niños saben que es un sinónimo de valentía, que se practica de pie, con determinación y que no tiene equivalente en las lenguas cercanas, los sabios en cónclave han determinado que viene de arrojar, lanzar, proyectar, verbo que obviamente es latino y tiene su origen en el Latín Vulgar (lengua que nunca existió) “rotulare”, derivada del rodillo de amasar “rotulus”, el cual lo tomó de la rueda “rota”, en base a que quien tiene arrojo se lanza rodando.
Y se quedan tan felices, cobran las dietas y honorarios por calentar el sillón y libros, cuadernos y hasta la Wikipedia celebran su inteligencia.
De las lenguas latinas, quizás el Catalán “rierol” suena algo a arrojo, pero ni “audacia, audace, audacieux, atrevido, audaz, indraznet” ni sus variantes beben de la misma fuente.
¿Qué bebedizo se da a nuestros sabios para que sabiendo que existe un idioma nativo apenas tratado con ganas y cariño se vayan por los cerros de Úbeda a buscar lo que está disponible para cualquier inteligencia solo con rascar un poco la tez que oculta los perfiles, pueda leerse el mensaje?.
“Ar” en Euskera es un lexema con multitud de valores semánticos para un mismo sonido, valores que se determinan en función de su posición en la aglutinación y del sentido de la frase. Uno de ellos es el que define a los machos de la especie; una especie del “viris” latino. Por otra parte, la raíz “ux”, que se alterna con “ox” es parte de la expresión embestir, empujar, empeñarse…
“Ar ox” que la moda gutural ha transformado en “arroj”, ha quedado fosilizado en Castellano, pero su significado es innegable, arrojo es la reacción viril y generosa del varón del grupo y no el resultado de un tropezón que te lleva rodando.
Con los arrestos sucede algo parecido, voz que tampoco tiene parangón en lenguas cercanas ni lejanas y que siempre se usa en la forma “tiene arrestos” con el significado de tener determinación para emprender algo arduo, sin embargo, la explicación oficial solo sabe relacionarlo con el arresto, la detención militar o policial y con el Latín “restare”, intensivo del “estare”, estar de pie o quieto, aunque nadie le vea relación con el potente valor descriptivo de tener arrestos.
Tampoco aquí andan acertados ni hay nada parecido en las cercanías.
Se ha explicado lo del “ar” y la virilidad y ahora basta con explicar que uno de los valores de “estú” es el que plantea una condición estricta, convencida e inamovible, así que “ar estú” es el varón ejemplar que antes de enfrentarse físicamente, exhibe su determinación ante quienes tiene en frente.
Por fin está la rabia que si tiene algunos atisbos en el Latín “rabies”, pero que no explica nada desde el punto de vista etimológico, cuando el Euskera ofrece una expresión casi poética para definirla: “Or” es la forma nativa, original de llamar a los cánidos (“txa (k) or”, perro casero, “zo orra”, perro merodeador), que seguida del verbo “bia”, volverse, indica el proceso de los humanos que al ser mordidos por un perro rabioso, babean y se contorsionan hasta la muerte.
La hidrofobia, apreciación equivocada del perro que quiere beber pero no puede deglutir el agua y la sacude, estaba perfectamente descrita con “orra bia”, que perdida la vocal inicial por esa aféresis tan frecuente, quedó en “rabia”.
Hola Xabi!
No lo veo en el volumen de verbos de tu diccionario. Aunque a mi me daba la sensación de que, también, Arrojar, de Arr-Ox-Ar… es simplemente la acción de tirar una piedra.
Gracias maestro! Y espero que ya vayas cogiendo la forma!
PM.
«Ox, ux» es la impronta de ir hacia adelante, proyectar, pero es una idea «autopropulsada», como la de un perro que es azuzado. No obstante es posible una oración como la que tu dices de lanzamiento. Hay tanto por descubrir…