Ausencia de ruido.
El silencio físico es la ausencia de ruido, pero en el ámbito social y en algunos entornos se amplia su significado y se usa también tanto para indicar que no se debe hablar, como para prohibir hacerlo.
En cualquier fuente que se busque se encuentra lo mismo respecto a su etimología: viene del Latín Silentium y este de “síleo silere silui”, callarse y ya no se busca mas porque todas las lenguas latinas salvo el Rumano (“tacere”), usan fórmulas parecidas al silentium (“silenci, silenziu, silence, silencio, silenzio, silenzju, silêncio…”) y parece lógica la explicación.
Pero surge la misma duda que otras veces, cuando se observa que todas estas lenguas –que en su proceso de formación deberían divergir- , convergen caprichosamente hacia la coda “cio, ziu”, si bien mantienen inamovible la parte inicial y aquí es donde entra en juego el Euskera para reclamar al Latín la patente de invención, ya que el “síleo” latino carece de otros parientes con prosodia y significado parecido, teniendo solamente a la piedra “sílex” como vecina.
En Euskera, el estado de ausencia de hablar se dice “hiz ill ik”, donde “hiz, hitz”, es la palabra e “ill” la muerte o quietud, no habiendo duda alguna de la originalidad de ambas ni de su combinación, como tampoco del sufijo “ik” que es tanto un partitivo, como la indicación de una situación o estado.
La aféresis y pérdida de una vocal inicial como la “i” es muy habitual, siendo factible el paso de “hiz ill” a “sil”.
La parte final “entz”, es una raíz adjetival muy común, que indica que algo es completo o absoluto, así, “sil entz” sin ningún tipo de duda indica que la ausencia de habla es total.
La adición de “io, jo” (equivale a ejecutar) al final es una potenciación casi militar de la consigna, que nos permite imaginar a un grupo de cazadores o exploradores prehístóricos y a la orden que su jefe les transmitía.