Euskera Gramática Sociedad

Tarjeta

Tradicionalmente piecita de cartulina impresa en la que va un nombre y dirección. La popularidad de las tarjetas de crédito y de las arbitrales está haciendo olvidar su uso y sentido.

Como Covarrubias a principio del XVII la define como escudo pequeño de origen francés, los buscadores de desperdicios literarios han tomado la literalidad sin atreverse a profundizar y han revuelto los archivos gabachos hasta dar con “targette” del antiguo francés, un término de cerrajería para llamar a una piecita circular con un agujerito excéntrico que tapa el ojo del candado y lo han relacionado con el Godo “targa” para tener hilo en la cometa y la han echado a volar.

¿Qué tendrá que ver una piecita de cerrajería con una tarjeta de presentación aparte de que compartan cierta homofonía?

Tendrían que explicarlo estos caraduras de biblioteca que no han hecho durante siglos otra cosa que empañar las lentes para que con la lupa se vea menos que a simple vista.

Quizás hubiera sido más útil para la sociedad que explicaran porque los franceses no llaman a las tarjetas de forma parecida a nosotros, ni lo hacen los italianos, rumanos, corsos ni ninguno de los parlantes de hablas germánicas o godas, ni siquiera los portugueses más propensos a lo británico, todos ellos con voces parecidas a “carta”.

Solo castellanos, gallegos y catalanes tienen a la tarjeta en sus diccionarios.

También hubiera sido útil que hurgaran en las antiguas téseras que eran las tarjetas de presentación en la larga época de transición entre Prehistoria e Historia, a veces metálicas con agujeritos.

La parte inicial de “tésera” recuerda al “tex” euskériko de prueba o test, mientras la final “era” indica la función que tenían de demostrar al extraño quien era cada cual.

Así, en la tarjeta, la parte inicial “tar”, corresponde a una partícula habitualmente sufijal, que indica cual es tu apellido, mote, tribu o lugar de procedencia; así, mi tarjeta dice “Goitia’tar Jabi”, mientras mi procedencia sería “Bermio’tar”; en cuanto al final “xetá” es un tiempo del verbo “xetú”, con el significado de detallar, así que “tar xetá” es una expresión diáfana de para lo que servían las téseras y las tarjetas de presentación: Para detallar quien eres.

El agujerito… para colgarlas del cuello cuando eran de bronce.

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

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