En Áraba tenemos uno de la media docena de “trespuentes” que había originalmente en España (Pontevedra, Almería, Badajoz, Áraba, Cuenca…), algunos de los cuales han sido rebautizados como “trasponte” a instancias de nuestros sabios académicos, que, tras comprobar que allí nunca llegó a haber tres puentes, concluyeron en consejo, que lo de “trasponte” no comprometía a nada, sonaba a Latín y como la Democracia da igual valor a tontos que a listos, regodeados en su ingenio sugirieron los cambios.
La comparación de las cartografías de 1940 y 2016, no da lugar a dudas.
Si repasamos la toponimia española, encontraremos del orden de dos mil lugares que llevan el morfema “tres” en su cuerpo.
En muchos de ellos es posible que el tres indique un número bien conocido, como Tres Mojones, Tres Hitos o Puente de los tres ojos, pero la inmensa mayoría nos trasladan un mensaje absurdo; ¿quién puede creer que un arroyo se llame “De las Trescientas” o un barranco “de las tres Orejas”, un pueblo, “Tresjuncos” y varios lugares hagan mención a “tres reyes”, otros a “los tres pelos”, “tres bispos” o “tres palacios”?.
El caso del Trespuentes de Áraba, pasado discretamente a Trasponte porque los asesores vascos también están pringados de una fiebre que les lleva al sumidero latino en cuanto dejan de nadar y ante su inopia del verdadero Euskera Arcaico, se enfundan la manta a la cabeza y –como por ahí decía Antonino que pasaba una calzada con dirección a Burdeos- deciden que donde está el puente actual, claramente moderno, debió haber un puente romano y como las legiones venían del Sur, a esa orilla del Zadorra, la llamaron “Trasponte”, cosa que los pueblerinos ignorantes entendieron como “Tres Puentes” y aunque no hay memoria de que los hubiera, el número les parecía bonito, porque emulaban a Bilbao que tardó mucho en tener tres puentes “que duraran”.
Pues no, señores, el lugar se llamó probablemente desde tiempos prehistóricos “terres punte”, lo mismo que otros trespuentes de hoy, (como los de Almería y Cuenca cuyas imágenes se muestran y en los que sí es patente la existencia de corrimientos de tierra) en los que o no hay siquiera río o nunca ha habido más de un puente y si lo hubo, no fue un puente especial, sino uno más como los 10.000 que había por todo el país, es decir, el nombre no venía por ahí.
“Terrés” es la condición de inestabilidad de algunos lugares, que bien por su pendiente, por su constitución geológica, por estar en zonas de fallas, por inicios de minería o por otros varios motivos, resultan con desprendimientos continuos que no llegan a ser colonizados por la vegetación.
“Punte” es eso mismo, una punta, un morro, como el desaparecido Lamerapunte de Bermeo o los Eginpunte, Txingeleku Punte, etc. conservados en el País Vasco, lugares prominentes.
Quiso la casualidad que el “Terres punte” alavés estuviera cerca del yacimiento de Iruña Veleia, cuyo núcleo y alrededores visité con interés y que –además- el río Zadorra fuera uno de los que estudié en profundidad cuando en 1989 colaboré en el PIPI[1], por lo que el entorno era muy familiar, tanto que en la última visita después de treinta años, encontré que la cantera de calizas había generado un cambio espectacular en el entorno.
Con este cambio desaparecieron totalmente los bordes de roca muy meteorizada que la gente confundía con pizarras, es decir los morros exteriores habían desaparecido para hacer llegar a las máquinas a los frentes interiores con roca sana que se explota ahora.
Algunos dirán que es imposible demostrar que es falso que “terres punte”, los morros con continuos desprendimientos existieron o no fueron espectaculares, pero hay otra toponimia menor que apoya esta característica de la roca exterior en un anticlinal claramente marcado en la cartografía geológica; la existencia al pie del morro de un lugar llamado “kortabea”, es decir, al pie del corte, ya que “korta”, hoy cuadra, era originalmente el nombre dado a una zanja o a un corte longitudinal natural, que bien por desprendimientos o incluso a zanjas hechas a mano para contener a las reses temporalmente.
[1] Plan Integral de Prevención de Inundaciones del País Vasco