Estas dos expresiones parecen – a primera vista- no tener nada en común, pero es más que posible que el instrumento que las genera, la boca, sea una de las claves de sus etimologías, ambas relacionadas con el euskera.
Lo oficial nos dice que el bostezo (imagen de portada) viene directamente del latín “oscitare”, derivado de “os”, boca y un tiempo del verbo “cieo-civi-citum”, poner en movimiento, vamos que es como masticar o mover el bigote… Puede ser, pero es sospechoso que ni el catalán “badallar” ni el corso “sbadiglia” ni el francés “bâillement” ni el italiano “sbadiglio” ni el rumano “cascat” se parezcan al “oscitare”, mientras los gallegos dicen bostezar y los portugueses dicen “bocejar”, muy cercano al bostezo castellano.
Los médicos explican el bostezo como un movimiento inspiratorio lento, al que sigue una espiración corta y aseguran que indirectamente mejora la irrigación del cerebelo, por lo que el cansancio y otras situaciones o estados del cuerpo, fomentan el bostezo. Lo más inmediato, lo que se observa en alguien que bosteza, es que abre mucho la boca, tensando los belfos y toda la piel bucal, algo que coincide con la forma en euskera, “abo tesa”, donde “abo” es la cavidad bucal y “tesa” es un estado general de estiramiento.
En el euskera actual, la forma común es “arrausi”, aunque también se oye “agorrosi”, ambas relacionadas con “abo-ago”, boca y “ausi”, forzado.
“Abo tesa” es fácilmente confundible con “bos teza”, de forma parecida al abucheo (también lleva el formante “abo-ago”), que el genial Corominas decía proceder de la forma en que los cazadores incitaban o azuzaban a los perros gritando ¡hucho! (quizás tomado del francés…); es decir, los cazadores abucheaban a los perros y esto se trasladó a la queja social…
Siendo “abo” es la cavidad bucal y “huts”, la forma esencial de la vaciedad de un recipiente, “abo huts” es el sonido inarticulado que surge en los griteríos, cuando lengua, dientes ni velo intervienen en la modulación de un sonido; abuchear es la actividad -generalmente multitudinaria- con que se censura aumentándola con las palmas de la mano en forma de altavoz, la queja sonora de la boca vacía: “Abo huts”