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Durango

Durango es uno de los infinitos topónimos para los que no hay una etimología segura.

Si se busca en distintas publicaciones o en redes, para unos significa “Vega rodeada de agua y montañas”, para algunos, “helechal” y para otros, “vega entre alturas, vega extensa…”, incluso, “más allá del agua…” (aunque es imposible saber cómo se obtienen tales explicaciones, es probable que algunas tengan que ver con agua, “ur” y con “ango”, como desinencia, “de allí”), pero teniendo la fundada sospecha que su origen está en el euskera, su significado se resiste a mostrar una explicación más sólida.

De sus formantes actuales, esencialmente “dur” y “ango”, el primero es muy escaso en la toponimia, aunque aparece en Cáceres y Salamanca, Córdoba (Arroyo de La Durana, La Durana, Las Duranas…), siempre en entornos en los que hay indicios de retención de agua, como en esta imagen de Cáceres.

García Durango en el Valle de Alcudia…

Durán en Segovia, en el arroyo Majavacas y en Ciudad Real, relacionado con el Arroyo y los Cerros de Durán.

Durandio en el Ibaizabal (Lemona).

El poblado y río Duratón en Segovia (originalmente “duratoi”), indica probablemente la tendencia a crear meandros regulares y estables, una morfología que ralentiza el flujo de agua, manteniéndolo más tiempo en cada sección. Duruelo, unos kilómetros aguas-arriba, en cambio, parece señalar una morfología estable “el a- el o”, caso del homónimo Duruelo de La Sierra en Soria.

Durban en el extremo occidental de Barcelona, parece referirse al único entorno húmedo (“ban”, solitario, único) en una zona muy drenada.

Durón en el embalse de Entrepeñas ya tenía una cierta configuración pantanosa antes de entrar en carga el embalse.

Durana (varios lugares), es también un núcleo rural alavés que se encuentra al comienzo del río Zadorra, antes de encontrarse con el territorio urbano de Vitoria. Hoy en día, muy modificada toda la hidrografía, antes se encontraba con el río Alegría y en esa confluencia se manifestaba la zona pantanosa de Arkaute y Dulantzi (ver al final).

El otro formante, “ango” se encuentra con cierta abundancia en España, como en Berango, Bizkaia, pueblo que pertenece a la cuenca del río Gobela, un caso de río retrógrado, que por la elevación de la costa, en ese tramo corre hacia tierra y provocaba en época prehistórica una gran zona pantanosa que se extendía por Fadura hasta las playas del Nervión. Hoy en día, canalizado y con varias intervenciones para el desagüe rápido, apenas queda recuerdo de su nombre original, “be lango”, modelo y ejemplo de tierras bajas.

La aldea de Kuartango en Álava, recibe su nombre de “ku arte”, entre picos, en referencia a que está a un paso del borde de la Sierra de Arkamo; de hecho, el topónimo Mendiarte que aparece en la imagen siguiente, viene a decir lo mismo, “entre montañas”. “Ango” es, como en otros casos, una llamada al valor modélico del nombre del lugar; así, Kuartango viene a ser “ejemplo de lugar entre picos”.

Gandía, aún queda un marjal que llaman “El Xango” y cuyo nombre quizás tenga relación con el de Eltxe[1]. De hecho, si se escribe “eltz ango” y si se tiene en cuenta que “eltze” era la oquedad en una roca donde se calentaba el agua con piedras rusientes y cuyo nombre quedó en vascuence para los pucheros de barro y para las ollas como sinónimo de pozo, se puede relacionar con una fosa.

El valle de Arango en Asturias es un modelo de valle fluvial cantábrico; su etimología se ha conservado durante milenios y es un descriptor fiel del pequeño territorio, donde “aran” es la llanura o valle y “ango” expresa algo así como “modelo”.

El Valle de Viango, también en Asturias, cerrado por la Losa de Viango de cinco kilómetros, parece señalar un camino ejemplar al pie de la misma: “Bia ango”

Lo Toll del Vasango en el río Matarraña a punto de verter al Ebro (“toll” es una charca en catalán), pudiera referirse a la abundancia de barro, tarquines o arrastres, “basa” que haría de la charca un modelo de lodazal, “basa ango”.

La Peña Valdango en Biescas, con unas pendientes muy fuertes y uniformes, parece ser alteración de “malda ango”; modelo de cuestas.

Pitango, en la Loma de la Junquera, casi en Filabres, puede referirse a un manantial que hay allí mismo y que pudo ser “pis ango” en origen; manadero ejemplar.

En cuanto a Durango, quizás el nombre más conocido de los que tienen la desinencia “ango”, se tiene la sospecha de que la apelación viene de la gran explanada que ocupa la población y su ensanche y que fue configurada por la gran curva que traza el Ibaizabal y por el pequeño -pero importante- río Mañaria, que aún atraviesa radicalmente el pueblo, porque así como “dur” suele estar relacionado con morfologías curvas, “dura” parece referirse a las explanadas fluviales que se forman en ciertos tramos de las cuencas, dejando grandes extensiones fértiles y estables, rodeadas por un río mayor y -a veces- cruzadas por otro menor como es el caso de Durango, con una explanada de más de 250 has. que no se repite siquiera en los meandros de Etxebarri, aunque existió hasta hace 8.500 años (cuando colapsó) otro caso en la zona de Ugarte, Ugaldebieta, Ansio y Galindo.

Ver imagen de portada en la que se han resaltado el Ibaizabal y el Mañaria; este incluso pasando canalizado por el centro del pueblo.

 

Según esto, Durango significaría “Explanada fluvial modélica” a partir de “dura ango”.

“Dura” interviene en voces como la actual Fadura, evolución de Padura y “bæ dura”, explanada baja o sumergida y que también suele aparecer como “dula” (Jándula, Jédula, Dulanz…), siempre en entornos saturados de agua.

El Soto y Puente de La Dula, cerca de Balaguer y el Soto de La Dula en Rincón de Soto.

El río Dulantzi (aspecto, modelo, tipo de “dula”) en la llanada alavesa, casi completamente canalizado para evitar los empantanamientos que producía y que en algún punto singular aún conservan la forma “Durantzarreko Urmaela” (pantano de Durantz), ver imagen siguiente, mostrando la facilidad con que las laterales “r “ y “l” se intercambian.

[1] Nunca se ha dado credibilidad al Sinus Ilicitanus; Elche, siempre ha sido Elche; una gran fosa que hacía de puerto.

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

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