Agricultura Caza y Pesca Euskera Geografía Geología Toponimia

Galegos en Galicia

Entre los recursos más habituales en lo que toca a la explicación del origen de la Toponimia española está la solución “cultista” impuesta desde la Ilustración, que define los nombres de algunas poblaciones como una especie de gentilicios debidos a que tales lugares fueron fundados por vizcaínos, castellanos, gallegos, godos o navarros.

Sin duda el conjunto más numeroso es el de los gallegos (supera los mil lugares) y en el cual se encuentran muestras de esta aparente referencia tanto en singular como plural, en masculino y femenino y también como aparentes derivados (galleguillos, galleguillas, galleguito, galleguitos, gállego, gallegui, galleguines…), conjunto en el cual, alrededor de veinte de cuyos elementos son núcleos rurales tales como Gallegos de Altamiros, Gallegos de Argañán, Gallegos de Crespes, de Curueño, de Hornija, de Huebra, de San Vicente, de Sobrinos, de Solmirón, del Campo, del Pan, del Río, San Felices de los Gallegos, Galleguillos de Campos, La Gallega, Villagallegos… de los cuales se asegura que el nombre está relacionado con su fundación con gente oriunda de Galicia.

Pero además hay numerosos “lugares” como Villar de los Gallegos, Aldeagallega, Aldehuela de los Gallegos y docenas de cortijos, casas y accidentes geográficos con esa apelación, que si bien la prudencia residual en la gente hiperculta, les impide asegurar lo mismo para esos cientos de lugares, desean fervientemente que así fuera.

Por ejemplo, la Laguna Gallega cerca de Astorga, en León, que a un paso de la Cañada de Villamejil, ha sido un lugar de descaso y abrevadero para las reses desde hace milenios (Mapa de Portada).

En este punto es oportuno decir que “gal, gall” es la imagen especular de “lag”, retención de agua en la prehistoria reciente y si aquí se niega que los nombres de las poblaciones tengan ese origen, no se puede negar que algún topónimo secundario (a nivel de predios o elementos constructivos) lleve el marchamo racial o de paisanaje.

Se va a tratar uno de la veintena[1] de lugares que en la propia Galicia, lleva el apellido “Galego”, lo que supone un absurdo conceptual para las tesis cultistas , no teniendo sentido que se mencione a los galegos en Galicia, cuando esto es lo general.

Se trata de A Carballeira de Galegos en Baralla, Lugo, que es una angostura del río Neira y que en el pasado cercano (cuaternario) creó una zona de deposición de aluviones con retención de agua formando un embalsamiento desde la zona llamada Aranza hasta la actual Baralla y creando así a lo largo del tiempo, una llanura aluvial de casi cinco kilómetros por uno de anchura, la única en un amplio entorno de Los Ancares.

La flecha indica la vega del estrecho original en el que derrumbes o arrastres ocasionaban los embalsamientos y en la que se ha construido una piscifactoría de truchas. (Foto siguiente)

Su nombre, tal como cientos de Gallegos, Gallegas y aparentes derivados de estos supuestos gentilicios en España, Portugal e Italia, nada tiene que ver con las contadas repoblaciones que algunos nobles ejecutaron con labradores tras la pérdida de poder musulmana, sino que son voces antiquísimas relacionadas con procesos hídricos; en este caso, retenciones estacionales u ocasionales de agua, con creación de zonas firmes, pero también con áreas pantanosas y de transición.

Así, en tales entornos suele haber otros nombres también relacionados con esos fenómenos y que habiéndose conservado con notable fidelidad a pesar de los estragos administrativos, se pueden traducir con el Euskera, lengua que posiblemente hablaban los primeros visitantes y pobladores de esas tierras y describen las características notables de la zona de forma diacrónica, uno de los objetivos de los nombres de lugar o topónimos.

Así, “aran za” es un descriptor de la morfología plana que se estaba creando: “ara an” es una llanura (“ara”) considerable (“an”, grande) y “za, tza” es un pluralizador que parece referirse a los tres o cuatro vallecitos enlazados por el Neira que determinan los sucesivos afluentes a uno y otro lado.

En el mismo cauce del río, aparece el Pazo de Aranza, lugar inadecuado para cualquier construcción y que al igual que otras docenas de “pazos” y cientos de palacios, donde jamás hubo posibilidad de cimentación, fueron originalmente “bala zi o”, literalmente, “gran juncal del fangal”, que en unos lugares se corrigió a palacio y en otros, se tradujo a “pazo”.

Otro nombre habitual en entornos lacustres y que se da aquí en la ermita de Santo Estevo, es “esteban”, que siglos de clero han relacionado con el primer mártir del cristianismo, quizás con buena voluntad, pero que es otro hidrónimo claro está relacionado con estancamientos menores eventuales con resultado de reventón en zonas proclives a ello; originalmente, “estan ban”, idea opuesta a “estan ke”, que es un tipo de embalse perdurable.

Como conclusión, la mayor parte de los aparentes derivados de “gallego”, incluso la propia Galicia, como Las Galias, la Galitzia de Turquía y la del Sur de Polonia, son hidrónimos rodeados de numerosos indicios que confirman lo adecuado del Euskera para la recuperación del pasado.

[1] A ponte de Galegos, A vega de Galegos, Agra y Agro de Galegos, As Galegas, Castro de Galegos y 19 Galegos más, Lama Galega, Medorra de Galegos, O Galego, Rego de Buzgalegos, Río Galegos, Rego de Galegos, Vigo de Galegos…

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

Deja un comentario

El tamaño máximo de subida de archivos: 10 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.