La alta pluviosidad, la cercanía al mar junto a los regímenes de vientos y otras características fisiográficas de Bizkaia colaboran a que en los últimos milenios su paisaje haya sido absolutamente verde; laderas y montañas muy arboladas, como las riberas y los espacios intermedios; extensos herbazales, además de una rápida regeneración de la cubierta vegetal cuando suceden eventos que alteran la superficie estable.
Por esto es incomprensible que haya dos lugares enfrentados en la cuenca baja del Nervión que se llamen Desierto. En la imagen, microbuses conocidos como “Los Azulitos” desde la década de 1960, una de cuyas líneas iba al “Desierto” de Erandio.
Se trata del Desierto de Baracaldo y el Desierto Erandio, nombres que, debido a la intensa urbanización industrial y poblacional, hace varias décadas que se han olvidado y las nuevas generaciones los desconocen por haberse impuesto a esas zonas nombres de nuevas urbanizaciones, pero que persisten en cartografías antiguas y en algunas memorias.
Sobre la primera cartografía científica disponible de la Diputación de Bizkaia (elaborada hace más de 100 años con datos de la primera y segunda décadas del siglo XX), se ha señalado con trazos azules el nombre de El Desierto en lo que ahora es suelo urbano central de Baracaldo y en la parte superior, al lado Norte del actual cauce del Galindo, en suelo de Sestao, donde había un embarcadero llamado “Uharte”, se ha dibujado un edificio, aproximadamente donde se encontraba la ermita de San Nicolás y el posterior Convento de Carmelitas Descalzos (entre 1718 y 1837), edificio que en varias publicaciones se encuentra representado según la siguiente imagen.
Hay referencias históricas que localizan en 1718 la fecha en que el Padre Provincial Fray Agustín de Jesús María, decidió que la ermita fuese adquirida y adaptada para su “Desierto” de la Provincia Carmelita de Navarra a la que pertenecía Sestao y que su función terminó con la Desamortización de Mendizabal en 1837, lo que deja en apenas 119 años los que ocupó el supuesto “Desierto” carmelita.
En otro esbozo de esa cartografía de principios del XX, se muestra lo que ahora es suelo urbano conocido como “Alzaga-Erandio”, que a la sazón también se llamaba “Desierto”, nombre -como el de la otra margen- completamente olvidado para las nuevas generaciones. Igual que en el anterior, se ha dibujado el convento sobre “La Punta”.
La erudición española e incluso la italiana y francesa acostumbran a relacionar toponimia que contiene voces similares a “desierto”, con lugares en que los carmelitas descalzos edificaron retiros o “desiertos espirituales”, a veces, conventos, así que no es extraño que la Enciclopedia Auñamendi explique lo siguiente con respecto a un entorno que abarca ambas márgenes de la ría del Nervión, ya a un par de millas del antiguo mar abierto, primero en la margen izquierda:
“Este paraje, ría abajo, y desembarcadero correspondiente al río de Ugartekauso y Galindo, corrió a cargo del Consulado de la Villa, como todas las riberas hasta la barra; nombraba aquel juzgado un guarda quien vigilase el echar el lastre de los navíos, arena y piedra, y para atender a la seguridad de los surgideros en dicha parte, prohibir la pesca de ostras en ella y otros cuidados”.
“El nombre antiguo era el de San Nicolás de Ugarte y tomó la denominación de Desierto en el siglo XVIII, por el que edificaron en esta parte los religiosos carmelitas. Obedeciendo la religión de carmelitas descalzos, como instituto eremítico que era, a las leyes de su constitución; procuraba formar una casa-desierto en cada provincia de su fundación llamada así porque los religiosos que asistían en dichos desiertos tenían continuas oraciones, perpetuas vigilias e incesantes mortificaciones de sus cuerpos. Estas casas no podían pedir limosnas por si ni por tercera persona. La provincia de carmelitas descalzos de Burgos y Navarra carecía de este espiritual alivio de una casa-desierto y trató de fundarlo sobre el lugar referido, adquirido por la religión de una persona particular. Solicitaron, pues, aquellos frailes la licencia real necesaria y obtuvieron de Felipe V una Provisión Real favorable, con fecha 20 de abril de 1719; y ganado el permiso del arzobispo de Burgos, del Señorío, de las Encartaciones y de las repúblicas cercanas al sitio elegido comenzaron la fábrica de una casa-desierto en la ribera dicha de Sestao. A este paraje se denominó desde entonces Santo Desierto de la isla de San Nicolás de Ugarte y también Desierto del convento de San José, y al fin quedó abreviado el nombre en el vocablo Desierto, de uso hoy general y exclusivo salvo para los marineros extranjeros, quienes, especialmente los ingleses, le nombraban San Nicolás, conservando con más acierto la tradición.”
Y luego en la derecha:
Sinónimos: Desertu, Erandio, Erandiobekoa
Ubicación: Altzaga.
“En la actualidad, el casco urbano de Erandio se encuentra en este barrio. Aunque mucha gente lo conoce por el nombre de Desierto, este último nombre, tal y como sucede con otros muchos en Erandio, es relativamente reciente, de finales del siglo XIX, en concreto de la época en la que se construyó el convento de las Carmelitas en el muelle de San Nicolás, en Sestao. Era frecuente entre las hermanas carmelitas denominar el edificio con el nombre de ‘desierto’. Por extensión comenzaron a llamar ‘Desierto de San Nicolás’ a la zona del muelle y, posteriormente, se comenzó a utilizar ese nombre también para denominar ese barrio de Erandio al otro lado de la ría. El primer testimonio lo hemos hallado en 1892.”
La lógica del sistema general nominativo que se manifiesta en muchos lugares para con sus topónimos, se aparta radicalmente del modelo propuesto por la erudición en la que se plantea que un evento de poco más de un siglo de duración haya marcado un entorno a ambos lados de dos brazos de una ría, pero ninguno de ellos en el lugar en que se edificó el convento, según se comprueba en los mapas aportados.
En vista de esta contradicción, se postula que el suceso que dio nombre a toda una amplia zona de cerca de 200 has. (mapa siguiente), que consistía en terrenos muy bajos, playas y marismas de ambas márgenes y excluía “La Punta”, istmo elevado en que estuvo el convento, pudo corresponder a una zona muy rica de huertas de ribera y colonias de ostras y otras pescaderías de aguas intermareales, que resultó barrida por el cataclismo que hace 8.500 años se produjo al romperse la cornisa que uniendo el Monte Cabras con Rontegui, creaba el gran meandro del bajo Nervión, que formó toda la llanura conocida como Valle de Trápaga, Galindo.
Tal catástrofe, aparte de romper el istmo de unión de Baracaldo con la margen derecha (marcado en naranja en el mapa de portada y último), lo aisló y cubrió con una ingente masa de lodo, a la vez que convertía a una gran zona de lo llamado Valle de Trápaga en un pantano de aguas dulces, impidiendo la entrada de las mareas; parecido a lo que sucedió en Altzaga y este destrozo ambiental y económico fue denominado ya hace casi 9.000 años, “des herri tu”, es decir, considerando que la principal acepción de “herri” es la de territorio o lugar humanizado y referente para cierta población, “desherritu” era la acción que había desmantelado(“dez”) un lugar referencial, que probablemente tardó siglos en buscar un nuevo equilibrio, quedando desde entonces este nombre que solo se ha olvidado tras las masivas intervenciones de los siglos XIX y XX y la transformación de la ría en “Zona Urbano-residencial” en curso durante el XXI.
Partiendo de “desherritu”, es inmediata la semejanza con desierto y no es de extrañar que conociendo ese nombre los carmelitas y siendo una zona (de nuevo) muy rica, quisieran transformar la ermita en “desierto espiritual”.
Último mapa en el que se muestran ríos y estuario, como eran antes de desmoronarse el istmo de “Lutxana” (literalmente “luta”, argayo, derrumbe y “ana”, gigantesco), que permitió al Nervión saltarse el meandro y convirtió a Barakaldo durante siglos en una isla rodeada de fango, parecido a lo que sucedió en Alzaga, pero que no afectó a La Punta donde milenios después se edificaría la ermita de San Nicolás y el Convento Carmelitano.
Ampliando el análisis a la totalidad de España, hay media docena de lugares en los que se simultanea el nombre de “desierto” con la presencia temporal de conventos carmelitas, estudio que se deja para un próximo ejercicio más extenso.