Biología Castellano Euskera Física Prehistoria Sociedad

Inglés entreverado de Euskera?

El Inglés es sin duda la más personal de las lenguas germánicas.

Es la más hablada como segunda lengua, es la que más habilidad tiene para incorporar los préstamos y hacerlos suyos, es muy sintética, de fácil gramática y verbos pero siendo muy conocida, cuando se investiga plantea más incógnitas que otras lenguas de su rama.

La primera frase que oí a un niño inglés (teníamos 8 años), fue “we call this, icecream” y desde entonces he apuntado todo cuanto me parecía curioso o relacionable con el Euskera, buscando especialmente cosas del campo, de tecnología y de química, aunque me llegaban otras como “body, club, label, like, lunch, money,…” hasta que un día me tropecé con “water” y desde entonces dejé campo, técnica y química y me centré en la importancia de este líquido polar que es la principal característica diferencial de nuestro planeta azul.

En un mundo que envasa a diario mil millones de latas y botellines, se nos olvida que somos agua y que el agua ha sido un factor limitativo de la expansión de la humanidad tan importante como la mosca “tse tse”.

El nombre actual[1] del agua en Euskera es “ur”, pero hubo un periodo muy amplio (quizás 10.000 años) en que fue ”u” y antes, mucho antes, tuvo una forma intermedia entre la i y la u, algo así como la “ü” francesa. Es relativamente fácil seguir esta evolución a través de los nombres de fenómenos naturales (la parte más antigua), la de ciertos animales acuáticos, mecanismos y sistemas hidráulicos sencillos para la intermedia y unas pocas actividades y usos evolucionados para la reciente, “ur” (ver El Agua y sus etimologías en Eukele.com).

Es muy curioso que el Inglés comparta un cierto número de voces en las que el agua es un actor necesario y casi todas ellas pertenecen a la época intermedia que se puede decir que comprende entre el punto de remisión de la más reciente glaciación alpina (Wurm) y la época previa al Imperio Romano (15.000 a 3.000 a.C.).

Es imprescindible comenzar por el “water”, que ni los académicos británicos saben con certeza de donde viene y acaban asignándola a un imaginario “wed” que debería haber existido en el constructo que llaman “PIE” (Proto Indo European language), pero que nunca existió, porque es una idealización de un proceso que se desconoce y en el cual no se ha tenido en cuenta al Euskera.  Para ellos, “wed” designaría a la humedad y al agua y de ahí habrían salido “wæter, watr, watar, wetir, wazzar, wasser…”

Recurriendo al Euskera, la cosa se simplifica; “u ater” significa de forma neta, “agua al raso”, agua exterior; el agua de la naturaleza.

No solo el inglés partió de “u” para nombrarla, sino que el “acqua” del Latín, tiene de agua la cola, “u a”, donde “a” es el artículo determinado, en tanto que el comienzo confirma “esto es agua”. A raíz de ahí, tras morir la lengua del Latzio, al mundo de la cultura le pareció oportuno decidir que las aguas, las “aiguas” y hasta el “eau” francés, nacieran del Latín y así figura en todas partes.

Obviamente, nunca han contado con el Euskera para contrastar ponderadamente su pasión por la lengua del Latzio.

Dejando “water”, una de las formas de llamar a las olas, es “wave” (se pronuncia “ueib”), que tampoco aciertan a buscarle origen y acaban yendo al PIE, donde rebuscan una raíz tal que “wegh” que nunca existió y que significaría moverse, cuando lo más lógico sería compararla con “u eip”, agua elevada en Euskera, que es como antes de la teoría trocoidal, creía todo el mundo que el agua se elevaba durante el oleaje.

 

Imagen de portada de una ola artificial en el Laboratorio de puertos y  aquí, nivel medio (T.T.).

Muy frecuente y usado a diario, es el verbo “to wash” que significa desde lavar a rociar, duchar, bañar o fregar y que los sabios de la pérfida Albión sugieren relacionado con el antiguo “wascan” o -preferentemente- con la raíz PIE (no contrastada que se cita arriba) “wed”…

Si se hace un pequeño ejercicio con el Euskera, se tiene “u ase”, saturar, rodear de agua, que es lo que hacemos al lavar.

De uso tan frecuente como las anteriores, el verbo y sustantivo “ware”, que generalmente significa mercancía o producto de valor, tiene como sentido filosófico en Inglés el hecho de implicar protección, cuidado de esos productos, «article of merchandise, also protection, guard, hence probably originally object of care, that which is kept in custody,» como lo dicen ellos mismos, mercadería y también protección, custodia, probablemente en origen, objeto de cuidado, que se mantiene guardado, amparado… pero se van una y otra vez a ese saco o caja de sastre llamado PIE, donde dicen que hubo de haber una raíz tal que “wer”, significando “tener cuidado”.

En Euskera, “u are” significa con claridad, “a prueba de agua”, es decir, protegido de la lluvia u otros fenómenos en que el agua es el agente dañino, algo que en la Prehistoria debió de ser especialmente necesario en ciertos artículos, como la yesca para producir fuego, las semillas para comida de emergencia, los colorantes y los alimentos secados al sol o al humo… No sería extraño que la garantía, una condición fundamental para el comercio, que los ingleses creen que viene del Francés antiguo “warant, garant”, tenga el mismo origen relacionado con proteger del agua “u aran ta”, como los famosos “estancos”, cajas cerradas con brea que ya en el siglo XVII traían el tabaco de América.

Siguiendo con elementos importantes, se llega a los pozos artesianos, a los manantiales donde el agua surge de la tierra o rocas, que en Inglés se llaman “well” y que trae a los sabios de la lengua “de calle”, porque a veces lo relacionan con la abundancia y el inglés antiguo “wel”, otras con una raíz Proto Germánica que no han conseguido encontrar, pero debió ser “wel”, surtidor y si no se van al PIE que lo aguanta todo, donde “wel” sería igual que “will”, desear, pero también salir a borbotones…; en fin, están hechos un lío que la lengua vasca resuelve fácil explicando que “u el” (“el”, llegada, arribada) es concreta y llanamente, “llegada, avenamiento del agua”; no un pozo estático que anuncia un nivel freático inferior en el que hay que introducir un cazo, sino un surtidor.

¿Y el barquillo original, el “wafer”?… Dicen que procede del “gofre” francés o del Fráncico “wafel” por su parecido a los panales de miel…, aunque otros dicen que en Castellano antiguo existía “guaffla” con igual significado… ¿No será que algunos productos naturales porosos como la médula de sauco eran ávidos del agua que subía por sus canalillos por el principio de la capilaridad y por eso se llamaba “u afer”, atractor, sorbedor del agua y a los barquillos se les llamó así porque al acercarlos a la leche, esta subía por la masa, ablandándola?.

 

 

El torbellino o remolino “whirl” (pronunciado “uail”), dudan si hacerlo provenir del nórdico “wherfen”, girar o del Sueco “hvirfvelvind”, torbellino… un poco complicado, ¿no? En Euskera, “ail”, es un estado opuesto a la calma que puede significar desde atento hasta inquieto, como el agua circulante que parece laminada y de pronto, rompe en un remolino: “u ail”.

Para el vino (“wine”, pronunciado “uain”) no hay duda para los sabios, directo del Latín “uinum”, relacionado con la viña, “vigne”, pero las voces complejas suelen nacer en partículas elementales y la terminación “ain” en Euskera  suele referirse al mérito o distinción, así que “u ain”, bien podría ser “agua de valía, de virtud…”.

En cuanto al “whisky”, ya se ha publicado con detalle en otra entrada de Eukele.com, que es posible que su nombre fuera euskériko con una fórmula parecida a “egu iz ki, eguzki”, nombre del sol y literalmente, “el que abrasa”, a partir de “izio”, calentar y el sufijo modal “ki”, “u iz ki”, el agua que abrasa.

Otro producto natural que aún no ha sido superado por las maravillas sintéticas es la cera.

La cera combustible, antiséptica, sellante e impermeable, debió de ser irrenunciable en la antigüedad y aplicada para mil usos. Quizás el más importante (aparte de proteger a Ulises del canto de las sirenas), fue la impermeabilización, de manera que su nombre inglés, “wax” se trata de encontrar de nuevo en el PIE un inexistente “wokso” o, si no del ruso “vosk”, pero seguro que su nombre es anterior y tiene que ver con su rechazo al agua que en vez de penetrar, sobre una superficie encerada, forma bolitas des conexas… “u ax”, piel, cubierta para el agua.

Aunque la forma general de llamar a los vados, es “ford”, también se usa “wade” que asignan al Latín “uadum, vadum”, voz que también procede del Euskera “bæ u”, agua baja, lugar en que los ríos se extendían y la corriente y profundidad se rebajaban, siendo adecuados para cruzar a pie.

Para finalizar, la estela que deja un barco, aparte de “trail”, también se dice “wake”, que en este caso, con el sonido fiel a la letra, se entiende como “u ake”, donde “akes, akatz” es la marca, el surco o corte.

En un próximo análisis, se tratará lo relacionado con el hundimiento, que solo el castellano conserva en su forma original, mientras todas las demás lenguas han mutado a la “f” de “fundus”.

[1] Hablando de esta lengua, “actual” viene a querer decir 2.500-3.000 años.

Sobre el autor

Javier Goitia Blanco

Javier Goitia Blanco. Ingeniero Técnico de Obras Públicas. Geógrafo. Máster en Cuaternario.

2 Comments

Deja un comentario

El tamaño máximo de subida de archivos: 10 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.