En lo más meridional de Badajoz haciendo frontera con Andalucía está la Sierra de Tentudía que totaliza unos veinte kilómetros (portada) de cumbres aisladas y hacia su parte central, el cerro de igual nombre, mirador más elevado de la provincia y monasterio que la fantasía popular (apoyada por monjes y poetas) ha dotado de una leyenda comparable a la de Josué cuando mandó detenerse al sol para culminar su victoria, replicada esta por el maestre Pelay Pérez que pidió a la Virgen: ¡Santa María, detén tu día!.
El día se detuvo y los moros fueron derrotados, lo que deja a los cristianos felices por un momento, aunque aún faltaran dos siglos para expulsar definitivamente a los musulmanes.
Pero la inteligencia no puede quedar satisfecha con sucesos imposibles y mueve los recursos a su mano para encontrar alguna otra explicación aparte de historias, leyendas y mitos, tres modelos cuajados de fantasías y se va a dar un paseo por la Toponimia esperando dar con alguna clave, aunque en una primera búsqueda no hay un solo nombre que recoja “tentudía”.
Entre miles, se encuentran algunos que conteniendo algunos de sus formantes no acaban de dar razón alguna para tan curioso nombre; por ejemplo, hay Valdetenez cerca de Caleruega y sendos Valdetén en el Somontano y en el río Henar o Mataviejas (como el que muy cerca, crea el desfiladero de la Yecla, “ie kala”, paso profundo), pero, “etén” siendo una forma corriente de llamar en euskera a las fracturas, de la corteza terrestre, a las fallas e incluso a las discontinuidades que a veces presentan las aguas marinas formando franjas por fenómenos de salinidad, temperatura, velocidad o emersión desde las profundidades, lo que en oceanografía se conoce como “upwelling”, no encuentra razón en la Sierra de Tentudía que no es muy abrupta ni presenta señales de fallas o fracturas notables.
Mucho más abundante (especialmente en Canarias) es la forma disgregada, “de ten” que en el resto aparece señalando objetivos absurdos para la definición de un territorio, como tenderos, tenazas, tenezas, tenías, además de los básicos “tene y tena” relativamente frecuentes.
Esta “tena”[1] y su aparente derivada “tenada” que oficialmente derivan del latín “tignum”, viga es en amplias zonas de España un cobertizo más o menos improvisado para ganado menor, pero estas construcciones efímeras no pueden dar nombre a sierras ni cerros destacados, igual que no es coherente pensar en tenderos ni tenazas como generadores de nombres de lugar, aunque es relativamente abundante formando nombres compuestos. Aún así, la sierra no es un lugar adecuado para tenadas.
Si se busca “tent”, aparte del singular Peñón de Montentier en Cádiz (siguiente imagen) y de numerosos tentaderos para reses, aparecen muchos penitentes, tentaciones, remitentes, asistentes y hasta contentas, que cualquiera coincidirá en que tampoco son términos para señalar un territorio y que -seguramente- en origen tenían una designación parecida y a lo largo de la historia han sufrido cambios hasta quedarse con un nombre simpático que ha sustituido a aquel.
Esta posibilidad lleva a pensar que el nombre puede haber sufrido una metátesis integral, pasando de llamarse inicialmente “tunt e di a” a “tent u día”, donde “tunt” es la designación de los mogotes aislados y “di” un pluralizador, que se referiría a cumbres como La Chavera, Cerro del Castaño, Alto de Pepe el Rubio, Cumbre de las Ceborillas, de los Bonales, La Catalina, el Cerro de Tentudía y el Cerro Tumbón entre otros.
De la forma “tuntur”, apenas quedan el Alto de Tunturrumán en la Sierra de Covarrubias, el monte Tunturro en Irún y algunos más en Canarias, formas residuales por haberse preferido la sonoridad de “tontor” que significaba lo mismo y se ha perpetuado en las zonas de habla de euskera.
Como conclusión queda la posibilidad de que la actual Tentudía, fuera en origen Tuntedía, la zona de mogotes.
[1] En euskera “ten” es un adjetivo relacionado con la firmeza o estabilidad de una construcción y “ten ada” equivaldría a una cuadra recurrente, una especie de paridera que se repara cada temporada.
También está la peña Ten (en León)
Cierto y Peña Tensona cerca de Boñar.